¿Querés vivir más? ¡A comer picante!

Si te gusta añadir picante a tus platos estás de enhorabuena: los chiles podrían alargar la vida de sus incondicionales. Es lo que asevera un estudio del Larner College of Medicine de la Universidad de Vermont. Las conclusiones son asombrosas pues los chiles podrían reducir hasta en un 13% el riesgo de morir prematuramente, sobre todo por sus beneficios cardiovasculares, en particular contra afecciones como el ictus o el infarto.

El secreto se encuentra en un compuesto químico característico de este alimento, la capsaicina, que es también la causa de su peculiar sabor picante. A pesar de la irritación que provoca, la capsaicina resulta ser muy útil para prevenir la obesidad, la hipercolesterolemia (incrementando el metabolismo de los lípidos), la diabetes tipo 2, la hipertensión y la arteroesclerosis.

La capsaicina estimula los receptores cerebrales que controlan la temperatura del cuerpo. Este incremento lleva al organismo a consumir más energía, obligándole a utilizar, si fuera necesario, las reservas almacenadas que se acumulan en los tejidos adiposos. Además de inhibir la proliferación de células grasas inmaduras, o pre-adipocitos, la capsaicina estimula su muerte celular programada (apoptosis).

Ya sea el jalapeño, el chile habanero o el aji dulce amarillo, lo cierto es que el mundo científico ha comenzado a desarrollar un particular interés por la especie ‘capsicum’ que se encuentra dentro de la familia de las solanáceas. Hace unos años un trabajo elaborado en China confirmaba los efectos saludables de los chiles  frente a una una serie de enfermedades, entre las que destacaba el cáncer. Según los autores del trabajo de la Universidad de Vermont, curiosamente el mayor número de investigaciones sobre este alimento provienen de Asia, siendo un producto no demasiado estudiado en el mundo occidental.

Los investigadores hallaron que quienes habían incorporado chiles a su dieta presentaban una tasa de mortalidad prematura inferior

El trabajo de la Universidad de Vermont publicado por la revista ‘PLOS ONE’ utilizó el banco de datos de la National Health and Nutritional Examination Survey.

Siguiendo a una muestra de 16.179 personas durante ocho años, los investigadores se dieron cuenta de que aquellos que los habían incorporado a su dieta presentaban una tasa de mortalidad prematura inferior en un 13% respecto a los individuos que no tenían este alimento en su dieta. Considerando que el Estudio proviene de los Estados Unidos, como era de prever, el consumidor tipo de este alimento resultó ser un hombre joven casado, de raza blanca, de origen mejicano, con un nivel de educación no demasiado elevado, que además no se abstenía de practicar hábitos poco saludables como fumar, beber alcohol e ingerir unas significativas cantidades de carne.

Según los investigadores: “Estudios posteriores deberán profundizar en el análisis de otras especies y subtipos. Dichas evidencias pueden llevar a nuevos descubrimientos sobre las relaciones entre dieta y salud, elaboración de recomendaciones nutricionales y desarrollo de nuevas terapias».

 

Fuente: www.elconfidencial.com

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