Qué verduras se pueden congelar

Tenemos claro que podemos freezar carnes y platos elaborados. No es lo mismo con las verduras ni cómo congelarlas. Secretos, consejos y una yapa: las frutas.

Gran parte de las verduras que consumimos son estacionales, lo cual hace que sean más difíciles o caras de conseguir en algunos momentos del año. Por eso es bueno saber qué verduras se pueden congelar y de qué manera guardarlas en el freezer. De esa manera podemos disfrutarlas todo el año y al mejor precio.

No sólo es una cuestión económica, aunque el dinero es un muy buen argumento. Adquirirlas y cocinarlas en cantidad nos ayudará a comer mejor porque tenemos todo resuelto con un golpe de horno o microondas. Y lo mejor es que, si las congelamos como corresponde, no perderán su color, su sabor ni su capacidad  nutritiva.

Qué verduras se pueden congelar

Si bien llevamos años con ellos, el uso del congelador y freezer todavía despierta dudas. Sabemos que no se pueden congelar todos los alimentos, pero nos sorprenderíamos de aprender cuántas posibilidades hay de comer sano teniendo como aliado a este fantástico electrodoméstico.

Te contamos cuáles son las verduras que podés freezar y cómo hacerlo bien para que no pierdan su color, su sabor y sus propiedades.

Lo primero es saber cuáles son las que podemos congelar (que en general son aquellas que luego utilizaremos para cocinarlas al horno o en guisos y salsas), porque no es recomendable pasar por este proceso de tan baja temperatura a las que preferimos comer crudas en ensaladas o como guarnición -como lechugas, pepinos, tomates y ajíes-. Esto es así porque ese frío las quema, provocando un cambio en su textura, olor y sabor y, lo más importante, disminuyendo su valor nutricional.

Qué son los alimentos orgánicos

Acelgas y espinacas: se pueden congelar crudas si luego las comeremos cocidas. Otra opción es blanquearlas (pasarlas unos minutos por agua hirviendo y luego fría) y, otra, es cocinarlas en rellenos que luego usaremos para empanadas, tartas, lasagnas, etc. Conservación máxima: 1 año.

Brócoli y coliflor: podemos congelarlo crudo. Es más práctico separar cada flor. También cocidos en agua o en salsas y rellenos. Conservación máxima: 1 año el brócoli y 6 meses el coliflor.

Perejil: lavalo bien, cortá las hojas y guardalo en pequeñas bolsitas. Otra opción es picarlo bien chiquito y enrollarlo en un papel metalizado apto para freezer, de manera de formar un tubito que luego podemos cortar en rodajas a medida que necesitemos. Conservación máxima: 6 meses.

Cebollas y ajos: se pueden freezar en crudo, picado bien chiquito, fileteadas o en rodajas. Las podemos guardar rehogadas o en salsa. Una ventaja es que, al congelarlas, eliminas el fuerte aroma que invade la heladera. Conservación: máxima 6 meses.

Jengibre fresco: actualmente es común ver en casi todas las verdulerías de barrio esas raíces de formas raras y gustito picantón que condimentan cada vez más los platos de nuestra cocina. La mejor forma de congelarlo es en rodajas, en una bolsa hermética, o pelado y rallado para poder usarlo cada vez que necesitemos una pequeña porción. Otra forma es machacarlo y ponerlo en una cubetera para utilizar dentro de una salsa o guiso sin necesidad de descongelarlo previamente.

Arvejas y habas: retirar los granos del interior de las vainas, lavarlos bien, escurrilos y secarlos. Luego guardalos en bolsitas o recipientes herméticos.

Lentejas, garbanzos y porotos secos: se pueden congelar crudos, pero antes hay que dejarlas en remojo varias horas, cambiando de tanto en tanto el agua. Luego escurrilas, secalas bien y ponelas en una bandeja sin que se toquen. Tapar con film y guardar la bandeja un rato en el congelador. Cuando estén un poco congeladas podés pasar las legumbres a una bolsa: de esa forma quedarán sueltas y podrás usar la cantidad que quieras. Conservacion máxima: 3 meses.

Choclo: una vez pelado, podemos congelarlos de 2 formas, que son cortado en ruedas o desgranarlos, raspando el hueso con un cuchillo filoso para separar los granos.

Verduritas para sopa

Hay un grupo de “verduritas” que usamos en general para hacer sopa (zanahoria, zapallo, zapallito, apio, puerro, etc.) y que también pueden ir al freezer. Se pueden cortar en daditos y rueditas para guardar en bolsitas. Cuando queremos hacer sopa en esos días fríos de invierno, no necesitamos descongelarlas previamente.

Cómo congelar verduras

  • El primer paso es pelarlas, retirarles las partes feas y lavarlas con abundante agua, varias veces. Luego hay que secarlas muy bien. La forma más práctica para congelarlas es cortadas en trozos pequeños.
  • En muchos casos es una buena opción cocinarlas en salsas o rellenos. Siempre recordemos dejarlas enfriar antes de envasar y guardar. Esta recomendación sirve para todos los alimentos.
  • Es clave racionarlas en las porciones que habitualmente usás, para que no tengas que descongelar todo el paquete si solo precisás una pequeña cantidad para una comida.
  • Conviene guardarlas en bolsas herméticas aptas para congelador y/o freezer. Esto favorece la conservación. Para ocupar menos espacio, aplaná las bolsitas.
  • Otra opción es utilizar recipientes herméticos aptos para este fin. Si son cuadrados o rectangulares optimizás el espacio de tu freezer o congelador.
  • Algo muy importante es poner siempre la fecha de congelación.

Trucos para freezar bien las verduras

Para asegurarnos de conservar bien sus propiedades, podemos seguir estos consejos:

  • Blanquear o escaldar: este proceso hace que se eliminen las enzimas y no pierdan sus propiedades. El proceso consiste en poner las verduras durante unos minutos dentro de una olla con agua hirviendo (el tiempo dependerá del tamaño y tipo de verdura), luego retirarlas y pasarlas a otra olla con agua bien fría para frenar la cocción. Una vez que están bien frías, escurrilas y envasalas.
  • A las verduras de hojas, después de blanquearlas les ponemos unas gotas de limón o vinagre (hace que no pierdan su color).
  • No salar en el blanqueado porque ésto acelera el proceso de descomposición.
  • Para que las legumbres no se arruguen después de haber sido congeladas, dejalas enfriar en el agua de cocción.
  • Chequeá en tu propio freezer o manual el tiempo recomendado de conservación, ya que puede variar según el modelo de heladera.

Cómo congelar frutas

Es importante saber que, al descongelar algunas frutas, pueden cambiar un poco su textura, por lo cual quizás no sea una buena opción usarla en ensaladas de frutas, pero sí resultan geniales en la preparación de jugos, licuados, salsas, postres y compotas. A continuación te contamos cuáles son y cuál es la mejor forma de conservarlas.

  • Frutos rojos: aquí entran gran variedad de frutas. Frutillas, cerezas, arándanos, moras, frambuesas. Se pueden guardar con azúcar y unas gotas de limón para evitar la oxidación. Enteras o descarozadas. Conservación máxima 8 meses.
  • Manzanas y peras: cortadas en gajos o daditos, con azúcar, almíbar o en compotas. Conservación máxima 8 meses, en la primer opción, y 6 en compotas.
  • Duraznos, damascos y ciruelas: es mejor pelarlos, cortarlos a la mitad, descarozarlos y congelarlos con azúcar o almíbar. Conservación 8 meses.
  • Bananas: la única forma que se pueden conservar es pisadas en puré con unas gotas de limón y azúcar. Conservación 6 meses.
  • Paltas o aguacates: la mejor forma de conservarlas es pelarlas, quitarles el carozo, pisar la pulpa y guardar esa pasta en una bolsa hermética. Rociarle unas gotas de limón para evitar la oxidación. Conservación 6 meses.
  • Higos: solo los podemos congelar cuando están a punto. No deben estar muy maduros ni machucados. Ponerlos en una bandeja o recipiente hermético para que no se aplasten. Conservación 10 meses.
  • Naranjas, mandarinas y limones: los cítricos se pueden congelar como jugo exprimido o sin cascara ni semillas y separadas en gajos. Conservación de 10 meses.
  • Membrillos: cocidos y envasados en compota. Se conserva durante 6 meses.

Algunas recomendaciones:

  • Tené en cuenta que es muy importante que todas las frutas que elijas para congelar estén en su punto junto, porque este proceso frenará su maduración.
  • En lo posible fijate que no estén manchadas ni golpeadas.
  • Después de lavarlas secalas bien y quitale las semillas.

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