Lluvia de plástico: ¿de dónde vienen los microplásticos que caen del cielo?

Si, tal como lo leés, está lloviendo plástico y ni nos damos cuenta. Y si bien se ha comenzado poco a poco a eliminar ciertos objetos como las bolsas descartables, ésta es sólo una de las medidas que se está tomando. El problema es que hay tanto plástico dispersado por el planeta que hasta en la lluvia lo podemos encontrar.

En abril de este año unos científicos se quedaron sorprendidos al encontrar plástico en zonas tan remotas y naturales como los montes Pirineos. Ahora, otro estudio ha encontrado también plástico en las Montañas Rocosas de Estados Unidos. En ambos casos sorprende la forma en la que se ha encontrado: en muestras de lluvia de estas zonas. El plástico está llegando a áreas naturales en forma de fibras y trazas de microplásticos en la lluvia.

En el caso de los Pirineos se encontraron un promedio de 365 partículas de plástico, fibras y trazas por metro cuadrado todos los días. Los plásticos encontrados eran del tipo poliestireno y el polietileno, son comúnmente utilizados para fabricar envases de un solo uso o bolsas por ejemplo.

El origen

Ahora un estudio analiza el origen principal de los microplásticos que circulan en la atmósfera y cuáles son los lugares del planeta en los que terminan estos contaminantes invisibles que ya están, literalmente, hasta en la sopa.

La contaminación por plásticos es uno de los grandes retos del siglo XX. Ya sabemos que los microplásticos, esas diminutas partículas sintéticas con una capacidad muy baja para degradarse, están por todas partes: en el agua, en el hielo del Ártico, en la sal con la que condimentamos nuestra comida y, por supuesto, también en el aire. A través de la circulación global atmosférica, los restos de plástico pueden viajar a grandes distancias y acabar depositándose en lugares muy lejanos al origen, como así ha analizado un trabajo que se acaba de publicar en la revista PNAS.

Microplásticos de ruta

Los autores, de distintas universidades de EE UU y Europa, han estudiado cómo estas piezas invisibles entran en la atmósfera, cuánto tiempo permanecen en el aire y en qué parte del sistema global se encuentran los puntos calientes de deposición de microplásticos. Los resultados muestran cómo, en la costa oeste de EE UU. la principal fuente de deposición son los llamados “microplásticos de ruta”, que provienen del desgaste de neumáticos, frenos y otras partes de los vehículos o de la misma carretera. Hace pocos meses, un estudio publicado en la revista Nature Communications revelaba que esta fuente de contaminación no es nada desdeñable: constituyen el 30 % de los microplásticos en ecosistemas oceánicos y de agua dulce.

Por otro lado, las olas del mar van cargaditas de partículas de plástico insolubles que una vez fueron envoltorios de alimentos, botellas de refrescos o bolsas de plástico y que se mueven hacia la capa superior del agua. Allí son agitadas por las olas y el viento y catapultadas al aire. Otra fuente importante de reemisión de plásticos es el polvo producido en los campos agrícolas. Además, el viento puede ser otro factor importante en las cercanías de los centros de población. “Una vez en la atmósfera, los plásticos pueden permanecer en el aire hasta 6,5 ​​días, tiempo suficiente para cruzar un continente”, explica Natalie Mahowald, coautora del artículo.

¿Dónde se depositan?

Los resultados del modelo revelaron que el océano Pacífico y el mar Mediterráneo son puntos calientes de deposición de residuos plásticos, pero que los continentes son también grandes receptores y, de hecho, reciben más plásticos netos de fuentes oceánicas contaminadas de lo que envían. EE UU, Europa, Oriente Medio, India y Asia Oriental serían también puntos críticos en tierra firme.

Las fuentes más relevantes de contaminación son también variables en función de la región. Así, en las costas son más importantes las fuentes oceánicas, en el norte de África y Eurasia el principal origen se encuentra en los residuos agrícolas, mientras que las fuentes producidas por carreteras tuvieron un gran impacto en las regiones densamente pobladas de todo el mundo.

Para los autores, este estudio es importante pero es tan solo el comienzo y es necesario analizar mucho más cómo funcionan el transporte y deposición de la contaminación por plástico en climas húmedos versus climas secos, montañas versus llanuras, etc. El mundo no ha desacelerado su producción y uso de plásticos, por lo que estas preguntas se vuelven más urgentes cada año que pasa.

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