¿Cuál es el origen de la costumbre navideña de besarse bajo el muérdago?
Muchas son las películas y series televisivas cuyo argumento transcurre durante la Navidad en el que, en un momento de la trama, alguien se sitúa bajo una rama de muérdago y acto seguido se besa con otra persona.
Esta, como otras muchísimas costumbres, se ha hecho popular entre nosotros a través del cine y la televisión y muchas son las personas que lo señalan como ‘otra estúpida costumbre yanki’, colocándola junto a la celebración de Halloween o Acción de Gracias. Pero en realidad, lo de besarse bajo el muérdago es una más de las antiquísimas celebraciones que se originaron en la Europa Celta y que a través de los siglos fue evolucionando hasta acabar siendo una costumbre y tradición navideña.
Evidentemente, en sus orígenes nada tenía que ver la Navidad con todo lo que el muérdago representaba para los celtas. Éstos la consideraban una planta con numerosas propiedades medicinales, a la vez que místicas. Muchos remedios y ungüentos utilizados desde la época de los celtas estaban realizados a partir de esta planta.
Entre las muchas bondades que se le atribuía al muérdago se encontraba el considerarlo afrodisiaco, un potenciador de la fertilidad y la planta de la paz y el amor. Esto llevó a que muchos fueran los hogares en los que se colgase una rama de muérdago en la misma entrada, a modo de atraer la buena suerte para sus habitantes y visitantes, que reinase en aquella casa el amor y la paz y a la vez que fuese bendecida con muchos hijos.
De ahí nació la costumbre de abrazarse y besarse al llegar a una casa y hacerlo cruzando el umbral en el que se encontraba el muérdago colgado.
Con el paso de los siglos y la instauración de las costumbres navideñas, el muérdago continuó siendo uno de los elementos presentes en la decoración y, por tanto, continuando la tradición de que besarse bajo una rama de esta planta proporcionaría suerte y amor.