Colesterol: cada cuánto hay que medirlo y otras dudas importantes

Un gran porcentaje de la población tiene el colesterol elevado. Medirlo con asiduidad, sobre todo a partir de la mediana edad, es clave para controlar el riesgo cardiovascular y prevenir enfermedades como el infarto de miocardio o el ictus.

El colesterol es la grasa que el organismo humano necesita para su funcionamiento normal, fundamentalmente para formar membranas y tejidos. Sin embargo, por encima de determinados niveles constituye un factor de riesgo cardiovascular muy relevante, de modo que aumenta el riesgo de sufrir un infarto o un ictus. Los expertos en cardiología recomiendan, en general, empezar a controlar sus valores mínimos a partir de los 40 años, siempre y cuando no haya circunstancias que aconsejen adelantar esta edad.A pesar del conocimiento sobre la importancia del colesterol como factor de riesgo para la salud, existe un gran porcentaje de la población española que tiene el colesterol elevado, bien por desconocimiento o por no tener consciencia sobre el riesgo que conlleva.  

Esto puede ser debido a que la hipercolesterolemia actúa de forma silente, sin provocar sintomatología manifiesta ni dolor, lo que hace que no se le preste la importancia que merece.María Rosa Fernández Olmo, responsable de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Universitario de Jaén y presidenta electa de la Asociación de Riesgo Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología, explica que a partir de los 40 años es recomendable realizarse un análisis de colesterol completo, pero si existen factores de riesgo asociados, como puede ser la diabetes, la hipertensión arterial, la dislipemia familiar o la enfermedad cardiovascular precoz familiar se debería adelantar el comienzo del control. “Si se sospecha que el origen del colesterol puede ser genético cuanto antes se detecte mejor”, señala.“Existen otras circunstancias en las cuales debemos hacer un control del riesgo cardiovascular, y por tanto deberíamos saber los niveles de colesterol en sangre, como es el caso de las personas que sufren enfermedades sistémicas inflamatorias o las mujeres que han padecido problemas de hipertensión arterial, diabetes u obesidad durante el embarazo, porque este grupo de personas pueden tener mayor riesgo cardiovascular”, indica esta experta. 

Qué es el LDL o colesterol ‘malo’

Es necesario saber que lo más importante es medir y controlar el colesterol malo, el llamado LDL, que es el que forma la placa de ateroma, es decir, el conjunto de grasas y sustancias inflamatorias que se adhieren a la pared interior de las arterias y pueden acabar provocando un infarto o un ictus, como manifestaciones agudas, así como enfermedad cardiovascular crónica. “Para controlar el colesterol malo debemos seguir una dieta cardiosaludable como es la dieta mediterránea, hacer ejercicio con regularidad y, si es necesario, utilizar fármacos que nos permitan mantener las cifras de colesterol controladas”. 

Y si a partir de los 40 años con carácter general una persona en principio sana debería empezar a controlar su colesterol la recomendación sería repetir las mediciones cada año o cada dos años. “Si se ha decidido iniciar un tratamiento lo recomendable sería realizar un control a los 6 meses o a los 12 meses para observar la evolución”, precisa esta especialista.Una cuestión importante a la hora de evaluar el colesterol es saber lo que se quiere medir. “Antes a lo que se prestaba atención era al colesterol total, que es el conjunto de grasas que van a la sangre, pero realmente necesitamos medir el LDL colesterol porque es mucho más específico y el objetivo es situarlo en personas en principio sanas por debajo de 115 mg/dl”, señala esta especialista en cardiología.A mayor nivel de LDL colesterol mayor probabilidad de tener un evento cardiovascular, de modo que rangos por encima de 140 o 150 mg/dl aumentan de forma exponencial el riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio, así como de desarrollar enfermedad cardiovascular crónica.Por esta razón es importante, según destaca la doctora Fernández Olmo, “la necesidad de que cada persona sepa sus niveles de colesterol para poder actuar, controlar y, por tanto, prevenir”. 

Evaluar el riesgo cardiovascular 

María del Campo Giménez, del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la Sociedad Española de Medicina de Familia (SemFYC) y médico de familia en el consultorio de Ledaña, advierte sobre la importancia de evaluar el riesgo cardiovascular, al tiempo que llama la atención sobre la importancia de la enfermedad cardiovascular, que es la primera casusa de muerte en España en menores de 70 años.Además del colesterol, los factores de riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular son la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, el consumo de alcohol y el índice de masa corporal. “El colesterol es el factor más prevalente, pero no el único”.

Tratar al paciente, no tanto la cifra

María del Campo Giménez señala que “a quien hay que tratar y valorar es al paciente en su conjunto, no la cifra de colesterol de forma aislada”, en el sentido, de que puede ser que no sea necesario tratar de entrada a todas las personas con unos niveles por encima de lo recomendado de colesterol sino que hay que tener en cuenta varios factores para decidir, como “la edad, el sexo, los estilos de vida, es decir, si fuma y/o consume alcohol, la dieta, la actividad física, la presencia o no de otros factores de riesgo cardiovascular, etc”.

Valoración en cualquier analítica

Y más que un cribado esta doctora señala la conveniencia de incluir la valoración del colesterol en cualquier analítica de sangre que se le solicite al paciente, “valorando siempre a la persona en su conjunto”, insiste.

Para mantener los niveles de colesterol dentro de los parámetros recomendados es fundamental mantener una alimentación saludable y realizar actividad física.  En concreto la dieta mediterránea, con abundancia de verduras, hortalizas y frutas, y alimentos ricos en grasas cardiosaludables como las procedentes del aceite de oliva virgen extra, el aguacate o el pescado azul pequeño, no tomar alimentos ultraprocesados ni consumir de alcohol, por un lado, y la realización de un mínimo de 150 minutos de actividad física moderada a la semana son las dos estrategias básicas para mantener a raya el colesterol.

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