¡El carrito de supermercado hoy cumple 80 años!

A pesar de que lo usamos permanentemente y que nos resuelve más de un problema, pocas veces nos detenemos a pensar quién inventó el carrito del supermercado y el enorme alivio que resultó en aquella época su aparición.

Pues bien, Sylvan Goldman no tenía ninguna duda de que su idea cambiaría por completo el concepto de hacer la compra: el empresario de la Ciudad de Oklahoma presentó su invento en público el 4 de junio de 1937, hace ahora 80 años.

«Es nuevo, es sensacional», anunciaba el dueño de la cadena de supermercados Humpty Dumpty en su anuncio en el periódico, que mostraba a una mujer agotada de cargar las bolsas de la compra y que prometía que esos esfuerzos formaban ya parte del pasado. La solución era tan simple como genial: un carrito de supermercado.

Y aunque hoy esa bolsa de la compra sobre ruedas sea un elemento sin el que no se conciben los supermercados, en aquel entonces hubo que convencer a los clientes de su utilidad hasta que se implantó en la vida cotidiana.

«Lamentablemente su introducción fue un fracaso», señala la socióloga e investigadora de mercado Catherine Grandclément en un estudio publicado en el marco de su doctorado, que ahonda en la historia de este objeto.

A ello se sumaron otras dificultades, como que los hombres jóvenes lo evitaban en un principio con el fin de no ser considerados como demasiado débiles como para llevar bolsas de la compra.

Las mujeres reaccionaron también en un primer momento con reticencias porque esta novedosa herramienta les recordaba a un carrito de bebé y no se consideraba de moda. Sólo la clientela de mayor edad recibió con entusiasmo la ayuda sobre ruedas.

Pero Goldman no se rindió y recurrió a un inteligente truco de marketing. Para hacer publicidad del nuevo sistema, contrató modelos que lo llevaran en las tiendas y animaran a los clientes a hacer lo mismo. Así se puso en marcha el negocio hasta convertirse en un gran éxito.

Desde Oklahoma la revolución se extendió a todo el país. En septiembre de 1937, Goldman aprovechó el primer encuentro del sector, la Super Market Convention, para dar a conocer su producto a mundo.

También allí hubo reticencias en un primer momento. Los responsables de los supermercados temían que los carritos se convirtieran en un riesgo para la seguridad y pudieran herir a niños. Entonces nadie se imaginaba que después se le incorporarían asientos infantiles.

Goldman reaccionó de forma inteligente: ilustró su idea con un video publicitario y dio con la clave. Así comenzó a aumentar las ventas de este carrito, que en aquel entonces era muy distinto del que se utiliza ahora, hasta hacerse rico.

En la biografía de Goldman «The Cart that Changed the World» (el carrito que cambió el mundo), el autor Terry Wilson ilustra el momento de la brillante ocurrencia.

Una tarde de 1936 a Goldman le llamaron la atención dos sillas plegables en su oficina y tuvo una idea: si dos sillas como esa se pudieran combinar y rodaran, podrían colocarse bolsas en la superficie y arrastrar toda la construcción. Así que fue la silla plegable el origen del carrito de la compra que Goldman desarrolló con su ayudante Fred Young.

Pero al igual que ocurre con los grandes inventos, también en este caso es controvertido determinar quién tuvo la primera idea al respecto. Según las investigaciones de Grandclément, desde mediados de los años 30 había habido iniciativas similares.

No obstante, fue Goldman a quien se le concedió la primera patente en 1940, y después la idea fue desarrollada por otros. Con todo, tras una larga disputa, Goldman tuvo que ceder ante el estadounidense Orla E. Watson la patente de los carritos que se apilan unos dentro de otros para ahorrar espacio y que forman hoy la imagen más cotidiana de los supermercados.

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