Una cámara infrarroja revela si alguien está enamorado

Las cámaras infrarrojas tienen múltiples usos. Revelar una presencia inquietante en la oscuridad de un bosque, confirmar si una persona en un puesto aduanero tiene fiebre y ahora también revelar las emociones más profundas de las personas. No faltará, en el corto a mediano tiempo, una app que permita, tras dos golpes a a la pantalla, saber si esa declaración de amor es verdadera.

En el libro «El misterioso diálogo entre el corazón y el cerebro», el renombrado cardiólogo Jorge Tagliani explica que un órgano no puede vivir sin el otro, se genera una relación de simbiosis único e inquebrantable: el cerebro se comunica con el corazón enviándole señales nerviosas o estados de ánimo como la alegría, la ira o el amor.

Para científicos y psicólogos de todo el mundo, las razones del enamoramiento impactan en el cerebro y en el cuerpo. Se liberan moléculas químicas, que se traducen en estados de euforia, palpitaciones y esa sensación de «no poder dejar de pensar en la otra persona».

Cuando una persona está enamorada, el sólo hecho de mirar al objeto de deseo hace que el corazón lata más fuerte, y esta emoción repercute en el cuerpo, en especial en la temperatura corporal. Y ahora los científicos descubrieron una manera de utilizar estos «delatores físicos» y mostrar las emociones humanas con el uso de una cámara térmica.

Psicólogos de la Universidad de Granada, en España, utilizaron una cámara infrarroja para averiguar qué tan rápido las extremidades de una persona cambiaban de temperatura. El experimento fue simple: se les pidió a 60 individuos que se encontraban en una relación que sumergieran su mano derecha o izquierda -la que utilizan para escribir-en agua helada por dos minutos, mientras miraban una foto de su ser querido.

Los investigadores prosiguieron luego a examinar las imágenes térmicas de las manos de los participantes, antes y después. Así se dieron cuenta de que la temperatura de las manos, mejillas, frente y nariz de los voluntarios aumentó un promedio de dos grados después de realizado el experimento.

Lo mismo se desarrolló con un grupo de control, para obtener resultados certeros. En este caso, se les pidió a los voluntarios que miren la foto de algún amigo, y no hubo ningún cambio en la temperatura corporal de los participantes de este grupo.

Aseguraron, entonces, que esta es una manera imparcial y objetiva de darse cuenta de si una persona está o no enamorada. «Hay una recuperación rápida de la temperatura de la mano», aseguró a ReutersAlex Moliné, uno de los científicos a cargo del experimento.

«Cuando uno compara imagen con imagen -la de una persona mirando a un ser amado, y la de otra observando la de un amigo- la recuperación es más rápida».

Este mismo grupo de científicos utilizó esta cámara para probar el «efecto Pinocho», es decir, detectar si una persona está mintiendo. Según pudieron observar, cuando alguien falta a la verdad, aumenta la temperatura alrededor de la nariz y en el músculo orbital en el interior de los ojos. Además, cuando una persona realiza una actividad que requiere un gran esfuerzo mental, la temperatura facial cae, y cuando sufren de un ataque de ansiedad, ocurre lo contrario.

Fuente: Infobae

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