El curioso origen de la cinta scotch
Richard Drew tenía solo 21 años cuando se le ocurrió crear un producto que, a priori, parecía una contradicción en sí misma. Lo suficientemente resistente para adherirse y mantenerse en su lugar, pero, al mismo tiempo, que fuera fácil de despegar. No sabía que su invento luego se convertiría en una marca de renombre a nivel mundial: la cinta Scotch. Este producto nació como una idea pensada para los fabricantes de los automóviles, se potenció durante la Gran Depresión y hoy acumula más de 400 versiones, desde el famoso «caracol» hasta spray y súper pegamentos.
Cuando Drew ingresó a la Minnesota Mining and Manufacturing Company (hoy conocida como 3M) no tenía grandes conocimientos en química. Durante su juventud se había ganado la vida tocando el banjo y con el dinero ahorrado pagó sus estudios de ingeniería en la Universidad de Minnesota. Sin embargo, su etapa como estudiante ahí duró solo 18 meses y luego se capacitó en diseño de maquinaria a través de un programa por correspondencia, según detalla un artículo de la Sociedad Estadounidense de Química (ACS, por sus siglas en inglés).
La firma había sido fundada en 1902 con la idea de producir papel de lija y otros productos abrasivos. Tres años más tarde ya contaban con una planta y en 1921 habían lanzado una versión impermeable con la que habían ingresado como proveedores de la industria automotriz. Los fabricantes la utilizaban para el acabado de los vehículos.
Problema de pintura
El primer rol de Drew fue como asistente del laboratorio y estaba encargado de llevarles muestras de papel de lija a las fábricas de autos. En ese momento habían empezado a ganar popularidad los vehículos bicolores, no obstante los que pintaban las carrocerías tenían algunos problemas para este proceso. Solían utilizar pegamento casero para cubrir las partes ya pintadas y este no era fácil de despegar.
Entonces, Drew vio una oportunidad y puso manos a la obra. Trabajó, entre el laboratorio y su tiempo libre, durante varios años hasta conseguir el producto indicado. Finalmente utilizó papel crepe y pegamento mezclado con glicerina y con esto presentó la cinta de enmascarar Scotch en 1925.
Pero el primer feedback y no fue positivo y, supuestamente, de esa respuesta inicial fue que la marca obtuvo su nombre. «Los pintores supuestamente le dijeron a Drew que lleve su cinta ‘Scotch’ (escoces, en inglés) de vuelta al armario como un comentario despectivo hacia el estereotípico ahorro escocés», detalla la publicación.
La cinta mágica
A pesar de la crítica inicial, la cinta de enmascarar se vendió bien y fue ganando popularidad. No obstante esta no es el clásico adhesivo que hoy en día se encuentra en las librerías.
Esa versión recién aparecería en 1930 cuando presentó al mercado la cinta transparente. La misma había surgido a partir de un interés de las empresas que empacaban alimentos para tener una alternativa incolora a la hora de envolver sus productos en celofán. Y luego vivió un boom durante la Gran Depresión dado que mucha gente empezó a utilizarla para reparar y pegar cosas ante la imposibilidad económica de comprar nuevos objetos.
El caracol
El primer dispenser de cinta adhesiva fue lanzado en 1932. Era un producto pensado para tenerlo sobre un mostrador, estaba hecho de hierro y pesaba tres kilos.
Siete años más tarde surgió el «caracol» que primero estaba hecho de metal y para 1940 salió su versión de plástico.
Tras el lanzamiento de Scotch, Drew pasó a liderar el laboratorio de fabricación de productos de 3M y, junto a su equipo, presentó más de 30 patentes. Se jubiló en 1962 y murió en 1980 cuando tenía 81 años. En 2007 lo incluyeron en el Salón de la Fama de Inventores de los Estados Unidos.