Un día como hoy nacía el escritor y humorista Roberto Fontanarrosa

En el 2015, con la promulgación de la Ley 27.100, se estableció el Día Nacional del Humorista para destacar la labor del querido Roberto Fontanarrosa y su impacto en el humor argentino.

Cada 26 de noviembre se conmemora este día en homenaje al natalicio del artista Roberto Fontanarrosa, acaecido en 1944. El reconocido humorista cordobés, dibujante, cuentista, novelista, entre tantas otras cosas, “el negro” Fontanarrosa es un símbolo del humor gráfico en la Argentina.

Destaca por sus personajes entrañables como Inodoro Pereyra y su perro Mendieta –dupla inseparable y desopilante– y Boogie, el aceitoso –mercenario de un humor negro inconfundible–.

Además de recopilaciones de viñetas, publicó también cómics concebidos directamente como libros: Semblanzas deportivas y Sperman.

Como literato, publicó numerosas recopilaciones de cuentos: El mundo ha vivido equivocado (1982), No sé si he sido claro (1986) o Nada del otro mundo (1987). Su dedicación al relato breve se intensificó en sus últimos años: El mayor de mis defectos (1990), Los trenes matan a los autos (1992), Uno nunca sabe (1993), La mesa de los Galanes (1995), Una lección de vida (1998), Te digo más… (2001), Usted no me lo va a creer (2003) y El rey de la milonga (2005).

Luego de un anuncio a inicios del 2007 donde explicaba que una enfermedad neurológica le impedía continuar dibujando con su propia mano, contaría para poner en imágenes sus ideas con la colaboración de otros dibujantes, como Negro Crist (Cristóbal Reinoso) u Óscar Salas, el 19 de julio de ese mismo año, Fontanarrosa falleció en Rosario, su ciudad natal, a consecuencia de esta enfermedad.

Te dejamos algunas frases del destacado humorista:

Me cuesta la relación con la computadora. Me hace más preguntas que mi mujer. Viste que vos decís “Ahora salgo” y la computadora te pregunta: “¿quiere efectivamente salir?”, “Guarda esto?”, “¿Conserva lo otro?”. Dejate de hinchar las pelotas… apagate de una vez por todas” (Página 12).

Me genera algo de vergüenza ver si algo lee mis chistes en el colectivo, digamos. Yo estoy en un boliche y veo que alguien está por mirar un diario y ya me pongo pálido y me digo: “¿Qué pelotudez habré publicado hoy!”.

A estas alturas puedo esperar cualquier cosa, porque éste fue un festejo a lo Nicolino Locche, con camión de bomberos y todo” (publicado en La Nación; fue cuando Rosario festejó su premio a la labor literario en el Hay Festival de Cartagena, Colombia).

Trabajo como si me fuera a morir mañana” (Clarín).

Me aburro cuando salgo de vacaciones. No sé qué hacer con el tiempo” (Clarín).

Cuando digo que yo lo ví jugar a Menotti, salta el tema de la edad y me preguntan, “¿pero cómo, vos lo viste jugar?”. Y Menotti jugador es uno de mis recuerdos más recientes” (Clarín).

Para el Sabio no existe la riqueza. Para el Virtuoso no existe el poder. Y para el Poderoso no existen ni el Sabio ni el Virtuoso.

Si quieres alcanzar la sabiduría ¡empieza a correr ya!

¡Desdichado el mendigo que no conoce el placer de dar!

El humor no debe ser risa. Sí, sonrisa. Y, de ser posible, llanto amargo.

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