Tony Bennett cumple 90 años y cada día canta mejor
Absolutamente nadie en la música popular estadounidense ha registrado durante tanto tiempo y con semejante nivel de excelencia una carrera del calibre de la de Tony Bennett, quien hoy celebra nada más y nada menos que 90 años.
De orígenes italianos, Anthony Benedetto nació en Astoria, un barrio del distrito de Queens en Nueva York. Su padre falleció cuando él tenía diez años y su madre tuvo que trabajar como costurera para sostener a la familia. Fue uno de sus tíos quien lo introdujo al mundo del espectáculo.
Siendo un niño Anthony ya cantaba, y en 1936 actuó ante el alcalde de Nueva York Fiorello La Guardia en la inauguración del Triborough Bridge, una red de tres famosos puentes que unen los principales distritos de la ciudad.
Tony estudió en el High School of Industrial Art no solamente música sino también pintura, un arte que sigue practicando con éxito (firma sus cuadros como Benedetto). Pero tuvo que dejar el centro a los 16 años para ayudar económicamente a su familia.
Cumplidos los 18 años, en noviembre de 1944 debió alistarse para combatir en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial; tomó parte en la 63ª división de infantería y participó en la liberación del campo de concentración de Landsberg. Al terminar el conflicto permaneció por un tiempo en el país, formando parte de una banda musical que entretenía a las fuerzas ocupantes. Las duras experiencias vividas en la guerra reafirmaron su ideología pacifista.
De regreso en Estados Unidos, siguió actuando sin muchas pretensiones hasta que fue descubierto por la actriz y cantante Pearl Bailey, quien lo eligió como telonero en un espectáculo que ella ofrecía en el barrio de Greenwich Village. Fue durante este show que el popular Bob Hope quedó asombrado por el talento del joven y decidió llevarlo consigo en una gira. Además le sugirió que cambiase de nombre: fue así como Anthony Benedetto pasaría a llamarse Tony Bennett.
Animado por Hope, en 1950 Bennett grabó una prueba de la canción «Boulevard of Broken Dreams» y la envió a la Columbia Records, compañía discográfica que pertenecía a la multinacional CBS; fue contratado y así arrancó su despegue profesional.
Un prometedor comienzo
Su primera etapa de apogeo artístico y comercial abarcó la década de 1950 y principios de los 60. Bennett alcanzó su primer éxito en 1951 con el tema «Because of You» (del que vendió más de un millón de discos single) y amplió su público gracias al sonido country de «Cold, Cold Heart». Fue un intérprete ecléctico desde el principio y experimentó con ritmos de tango en la canción «Rags to Riches», que permaneció ocho semanas liderando las listas de éxitos. En 1952 se casó con una fan, Patricia Beech, con quien tuvo dos hijos: Danny y Dae, los cuales son colaboradores suyos desde los años 80. La pareja se divorció en 1971.
Otro de sus grandes títulos es «Stranger in Paradise», tema que llegó al número 1 en varios países. Bennett también hizo popular la melodía «Blue Velvet», provocando la histeria de fans adolescentes tal como hacían Elvis Presley y el joven Sinatra. El éxito de Bennett en esa época era tal, que ofrecía siete conciertos diarios (de 10:30 de la mañana a las 3 de la madrugada) en el Paramount Theatre de Nueva York. «Blue Velvet» volvería a la actualidad treinta años después con la película homónima de David Lynch (Terciopelo azul).
En 1957 publicó el álbum The Beat of My Heart, clara aproximación al jazz que tuvo buena acogida comercial y crítica. Anticipándose a Frank Sinatra, fue el primer cantante de música popular que colaboró con Count Basie y su orquesta; publicaron juntos dos álbumes y su canción más recordada fue el clásico «Chicago», que también grabaría Sinatra.
El corazón en San Francisco
En 1962 Tony Bennett grabó su canción-emblema: «I Left My Heart in San Francisco», ganadora de dos premios Grammy y considerada hoy una de las cien mejores de la historia. Pero pocos años después su caché empezó a bajar coincidiendo con un vuelco en los gustos mayoritarios, más inclinados a los Beatles y el rock & roll. Empezaba para él un declive que le llevaría a abusar de la cocaína y a sufrir problemas económicos.
En 1979 Bennett se separó de su segunda esposa, la actriz Sandra Grant y sufrió una sobredosis de cocaína que casi le costó la vida. Fueron sus hijos quienes lograron rescatarlo del pozo, y para fines de año logró una sorprendente reaparición, pleno de forma, actuando como invitado de honor en un festejo por el 40º aniversario profesional de Frank Sinatra.
Danny se convirtió en mánager de su padre y consiguió enderezarle económica y artísticamente. Gracias a una gestión más racional y su olfato para el negocio musical, los hermanos Bennet lograron relanzar la carrera de su padre Tony.
Sin límites
En 1986 Bennett volvió a firmar con la compañía de sus mayores éxitos, Columbia Records, y empezó a expandir su audiencia hacia una generación más joven, todo ello manteniendo su estilo musical y su imagen clásica de caballero trajeado. Un paso firme en su resurgimiento fue el álbum «The Art of Excellence», que entró en las listas de superventas en 1986.
A partir de entonces, Tony Bennett hizo colaboraciones en radio y televisión que le hicieron familiar para las nuevas generaciones: participó en actos benéficos de pequeñas emisoras de radio, acudió a los programas de David Letterman y de los populares Muppets y llegó a aparecer en Los Simpson.
En 1990 Bennett revisó su viejo repertorio con el disco «Astoria: Portrait of the Artist» y dos años después ganó un premio Grammy por «Perfectly Frank», álbum en homenaje a Frank Sinatra. Si bien Bennett y Sinatra eran rivales por sus afinidades musicales, demostraron en varias ocasiones una relación cordial y de mutua admiración, y en 1993 trabajaron juntos cantando a dúo el clásico «New York, New York» para el álbum Duets de Sinatra. Ya en 1965 «La Voz» había elogiado a Bennett como «el mejor» en la revista Life.
En el mismo año 1993 Tony Bennett desempolvó melodías relacionadas con Fred Astaire en el disco-homenaje «Steppin’ Out». Recibió otro premio Grammy por él, y años después grabaría otras recopilaciones monográficas sobre Billie Holiday, Duke Ellington y Louis Armstrong.
En 1994 protagonizó un exitoso show Unplugged (acústico) para el canal MTV, con colaboraciones de Elvis Costello y K.d. Lang, y el álbum resultante llegó a ser disco de platino por ventas, ganando el Grammy como Álbum del Año.
Su presencia en actuaciones y ceremonias televisivas junto a Red Hot Chilli Peppers y otros grupos punteros demostraba su vigencia, y todo lo hacía sin renunciar a su estilo.
Empezó a hacer cameos en comedias como «Analyze This» y a una edad ya madura ofrecía entre 100 y 200 conciertos por año.
Tony Bennett se mantiene como un cantante popular y aclamado por la crítica, y continua abordando conciertos y discos con la colaboración fiel de sus hijos Danny y Dae. En los últimos años ha publicado tres exitosos álbumes de duetos con músicos de todos los estilos que siguen la línea de los grabados a mediados de los 90 por su admirado amigo Frank Sinatra.
A sus 90 años, lejos de pensar en retirarse, este artista vive uno de sus mejores momentos personales y profesionales. ¡Feliz cumpleaños, maestro!