Sopas, nutritivas y bajas en calorías

Llegaron el invierno, el frío intenso y las ganas de hacer fiaca. Pero también llegó la época de sopa. Una opción súper saludable, sencilla y baja en calorías para consumir a diario en estos meses.

Las sopas y cremas en general son de bajo aporte calórico y de fácil digestión, aunque depende obviamente de sus ingredientes. Tanto si las tomamos en frío o en caliente, nos reconfortan contribuyendo de paso a la hidratación de nuestro cuerpo.

Sopas, receta básica de todas las civilizaciones

Las sopas son una receta básica de todas las culturas y el agua es el principal ingrediente, ya sea añadida o de los propios ingredientes que la componen.

Podríamos decir que desde siempre las sopas han ocupado un lugar en las cocinas de la humanidad. Reflejan la adaptación del hombre a los territorios y sus climas, donde las tierras se han ido surtiendo de una amplia variedad de tubérculos, hierbas silvestres y frutos que hoy forman parte de la gastronomía de los pueblos.

Con respecto a sus ingredientes, admiten prácticamente cualquier tipo de alimento ya que son comidas muy versátiles. Hay recetas más simples como la sopa de ajo,  hasta otras más complejas en las que se pueden utilizar ingredientes exclusivos y presentaciones sofisticadas.

Los ingredientes se ajustan a la cultura gastronómica estacional de cada región y por ello podemos encontrar sopas frías, templadas o calientes, según la época del año.

El color que posee lo suele determinar las hortalizas que contienen, siendo un alimento clave en su preparación, tanto en sopas como en cremas.

Los cereales en forma de pasta, pan o granos, también se suelen utilizar bastante. Las papas, legumbres e incluso carnes, huevos y pescados, han servido para aportar vitaminas, minerales y fibras; y además aportan proteínas de calidad, grasas y energía.

Para hacer una buena sopa

Uno de los consejos principales tiene que ver con cortar los ingredientes en trozos pequeños para facilitar su cocción y la difusión de sus sustancias nutritivas hacia el agua, que sirve de vehículo del calor. Por otro lado, hacer sofritos de tomate, cebolla, ajo, aceite de oliva y especias se utiliza en muchas ocasiones como base de muchas recetas de sopas y cremas típicas de la dieta mediterránea.

Diferencia entre sopas y caldos

Lo que diferencia una sopa o crema de un caldo es básicamente su valor nutritivo, ya que en las dos primeras es mucho más alto que en los caldos.

Una sopa o crema contiene los suficientes nutrientes para una ingesta; en cambio, los caldos apenas aportan nutrientes y serían algo así como una infusión.

A los caldos de carnes, pescados, aves o verduras, conviene cocinarlos a fuego lento para poder extraer de sus ingredientes todas las sustancias aromáticas, gustativas y nutritivas.

Es importante saber que a las grasas que suben y vemos en la parte alta de los caldos cuando los hacemos con carne, huesos y casquería, conviene siempre eliminarlas antes de consumirlas.

Secretos de una buena sopa/crema

Para elaborar una buena sopa el secreto está en la combinación de distintos ingredientes naturales para que con una determinada sal, aceite de oliva, especias y una cocción esmerada, nos reconfortan tanto el días de calor como de frío.

También la cantidad de agua es primordial para que la disolución de las sustancias de los ingredientes de la sopa sea perfecta y no quede ni demasiado concentrado, ni demasiado diluido.

En las cremas, además del color y del aroma, otros factores claves son: la textura y la temperatura. Las cremas mal trituradas y con exceso de fibras vegetales, pueden estropearnos la receta.

Cómo incrementar el valor nutricional

Se puede aumentar el valor nutritivo con alimentos proteicos como por ejemplo: queso, huevo, carnes o pescados, aunque es importante no abusar de la cantidad de éstos, ni de la utilización en exceso de cremas, mantecas, margarinas o concentrados porque pueden aportar mucha grasa y sal.

Podemos añadir verduras como calabaza, calabacín, tomate, zanahoria, cebolla, puerros, espinacas; o cereales como pan, arroz o fideos.

Sopas preparadas del mercado

Existe una oferta muy amplia, se puede elegir entre sopas deshidratadas o en formato líquido, ya sea de temperatura ambiente o refrigeradas.

Las sopas comerciales nos salvan de muchos apuros porque su preparación es muy fácil y rápida y además pueden guardarse en la despensa varios meses antes de su consumo. Comparadas con las caseras, siempre van a ser más caras y algunos ingredientes añadidos pueden llegar a ser excesivos como la sal.

El contenido en sal es la principal diferencia con los caldos y sopas caseras por eso es recomendable buscar en la tabla nutricional de la etiqueta el contenido en sal y comparar, y saber que en casi todas las marcas existe una opción baja en sal.

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