Qué es el efecto Mandela: el fenómeno del que probablemente hayas sido víctima

Era el año 2009 cuando la bloguera Fiona Broome, que investiga eventos paranormales, constató que tanto ella como otras personas coincidían en la creencia de que el expresidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, había muerto en la cárcel en los años 80. De hecho, varios de ellos aseguraron que habían visto por televisión las imágenes de su funeral.

Sin embargo, este aparente recuerdo compartido resultaba ser falso: Mandela realmente falleció en 2013 a consecuencia de una grave infección pulmonar. Aquel grupo de personas se habían adelantado a su muerte, que se produciría más de treinta años después de lo que ellos creían recordar.

Fiona Broome compartió esta historia en un artículo de su blog y constató que a muchas otras personas les había ocurrido lo mismo, extendiéndose este concepto de los recuerdos falsos por otros foros y sitios de Internet. Fue así como nació el “efecto Mandela”, en el que Broome empezó a investigar tras haber despertado su curiosidad la extraña creencia popular de la muerte del activista.

¿Qué es el efecto Mandela?

El efecto Mandela es un fenómeno que ocurre cuando un gran número de personas comparten lo que creen que es un recuerdo, pero que verdaderamente es falso. Por tanto, no se trata de un error individual, que puede producirse por fallos en la memoria o por las diferentes maneras en que cada persona interpreta lo que ocurre a su alrededor, sino que es una especie de delirio colectivo, ya que se comparte con convicción una idea que no es real.

La muerte de Nelson Mandela no es el único evento para el que se ha utilizado este concepto. Frases de películas ampliamente conocidas, el nombre de marcas comerciales o los elementos visuales de ciertos dibujos de animación también han sufrido las modificaciones del efecto Mandela, hasta el punto de que es un fenómeno que ha sufrido un gran porcentaje de la población en todo el mundo.

Uno de los ejemplos más famosos es el del personaje del juego Monopoly: mucha gente recuerda al Tío Rico Pennybags como un anciano adinerado con un monóculo. Sin embargo, este accesorio nunca ha formado parte de su indumentaria, de la que sí son característicos su sombrero de copa, su bastón y su traje de etiqueta con pajarita.

Los cereales de Kellogs Froot Loops también han experimentado una situación similar: pese a que desde que salieron a la venta se utilizó el mismo nombre, mucha gente los recuerda como Fruit Loops. En cuanto a producciones cinematográficas, en Star Wars. El Imperio contraataca, pese a que muchos creen que lo que dice Darth Vader es “Luke, yo soy tu padre”, la frase original realmente es “No, yo soy tu padre”.

¿Por qué se produce el efecto Mandela?

En el capítulo 'Bête Noir'

Fuera de la ciencia, son muchas las teorías que han intentado buscarle un sentido a este fenómeno: la existencia de universos paralelos, la creencia de que vivimos en una simulación en la que en ocasiones ocurren fallos en el sistema o la probabilidad de que algunos experimentos de colisión de partículas hubiesen alterado la realidad sin que lo notásemos, como si formásemos parte de un capítulo de la serie Black Mirror.

Pese a ello, los expertos han investigado este fenómenos para dar forma a una explicación con base científica sobre el efecto Mandela.

La forma en la que funciona nuestra memoria

Nuestra memoria no es una cámara que recoja cada uno de nuestros pasos: no reproduce lo que ocurre a nuestro alrededor de la forma más verídica posible, sino que reconstruye la realidad de la que hemos sido protagonistas u observadores. De esta manera, se pueden producir modificaciones, por lo que una persona puede creer recordar algo con convicción que verdaderamente no ha pasado.

La psicóloga estadounidense Elizabeth Loftus, que trabaja en el ámbito de la memoria humana demuestra que es posible que, al escuchar una versión inexacta de un evento ya producido, esta puede incorporarse a nuestro imaginario, incluso cuando la persona ha asistido a ese acontecimiento.

Además, nuestra mente rellena los huecos vacíos en nuestra memoria con información que, aunque es plausible, también puede ser falsa. De esta manera, pese a que se crea que un recuerdo es verídico, este puede ser completamente erróneo.

El poder de la influencia

Varios estudios científicos demuestran la importancia que tiene la sociedad en nuestras creencias, pensamientos y forma de actuar. Cuando a nuestro alrededor varias personas afirman tener un recuerdo específico, la influencia social puede provocar que este se ajuste a los propios para hacer que coincidan y que se forme parte de ese grupo.

Una de las investigaciones más conocidas en este sentido es el experimento de la conformidad de Solomon Asch: junto a un sujeto verdadero, varios cómplices eran sentados en una sala y les preguntaban cuál de las líneas dibujadas en una imagen era la más larga. Los cómplices respondían una opción que era visiblemente más corta, pero el sujeto verdadero, con el objetivo de ajustarse a la masa, también contestaba de forma errónea.

En este sentido, la asimilación cultural también es importante: si nos exponemos a un recuerdo falso repetido de forma frecuente en programas de televisión o en conversaciones cotidianas, entre otros, esta versión podría reemplazar a la original.

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