Porqué las mujeres son más fuertes desde el nacimiento
«Sexo débil» se ha usado históricamente como sinónimo de femenino. Hasta ahora. Es que científicos de la Universidad de Granada, probaron que las mujeres demuestran, desde su nacimiento, mejores aptitudes para la vida que los varones.
En colaboración con investigadores del Hospital Clínico San Cecilio de Granada, hallaron que existe una asociación entre el género de un bebé recién nacido y su capacidad para hacer frente a los procesos inflamatorios y el estrés oxidativo tras el parto. Dos cualidades clave que condicionarían la aptitud del bebé de cara a enfrentarse a futuras posibles patologías postnatales.
Esto sería que las niñas recién nacidas tienen una mayor defensa antioxidante y un menor daño oxidativo en las membranas celulares en comparación con los varones, lo que las lleva a responder mucho mejor al estrés que los niños.
Además, según el trabajo, las madres que dan a luz niñas en vez de niños, poseen también una mayor defensa antioxidante de su organismo, menor daño en las principales biomoléculas y un proceso inflamatorio mucho menor durante el parto, que aquellas que dan luz a niños, evidenciando que el parto es menos agresivo para la madre si se trata de una niña.
Este trabajo multidisciplinar, publicado en la revista del Grupo Nature, demostró que las niñas recién nacidas y sus madres se enfrentan de manera más eficaz a la agresión que supone el parto en comparación con los niños y sus progenitoras, y revela una clara asociación entre el género del neonato, el proceso oxidativo y la señalización inflamatoria.
Como explicaron los investigadores principales de este trabajo, Julio José Ochoa Herrera y Javier Díaz Castro, del departamento de Fisiología de la Universidad, «se abre así un interesante campo de investigación que se centra en el sexo del neonato como factor de riesgo para varias alteraciones funcionales, con importantes repercusiones en la esperanza de vida y desarrollo de patologías en su vida futura».
Los investigadores contaron para el estudio con la participación de 56 mujeres sanas embarazadas: 27 de ellas dieron a luz niños y 29 de ellas, niñas. Tras el parto, extrajeron muestras de sangre de la vena y arteria del cordón umbilical y del neonato, con objeto de analizar el estrés oxidativo y la señalización inflamatoria.
Los resultados demostraron que las niñas poseen un sistema enzimático más maduro en el momento del nacimiento que los niños, lo que reduce el daño a las células y mejorando su metabolismo celular.
«Por tanto, el género del bebé recién nacido no sólo influye en cómo la madre afronta el proceso de alumbramiento, sino que condiciona la forma en la que los neonatos se enfrentan al entorno hiperóxico que constituye el ambiente extrauterino, mostrándose el sexo del neonato como un factor condicionante en relación a múltiples alteraciones funcionales con importante repercusión para la madre durante el postparto y para el recién nacido durante el resto de su vida», concluyeron los autores.