Los suicidios adolescentes en EEUU aumentaron «significativamente» desde el estreno de ‘Por 13 razones’
Tan pronto Por 13 razones llegó a Netflix saltaron las alarmas: ¿podría servir como impulso para que otros adolescentes se suicidaran, o causaría el efecto contrario y abriría el debate con un retrato franco de la lucha de muchos jóvenes? La pregunta busca respuesta en numerosos estudios científicos, que coinciden en lo delicado de abordar el tema en los medios de comunicación.
La historia de Hanna Baker, que antes de quitarse la vida deja cintas de casete a quienes considera fueron los responsables de su acción, es «poco realista y sensacionalista», asegura Jeff Bridge, del Nationwide Children’s Hospital en Ohio.
Su equipo ha detectado que el número de suicidios de adolescentes en Estados Unidos aumentó «significativamente» después del estreno del polémico programa, tras analizar cifras oficiales de suicidios entre el 1 de enero de 2013 y el 31 de diciembre de 2017. La serie se estrenó el 31 de marzo de 2017, y abril de ese año tuvo la tasa más alta de suicidios de adolescentes de los cinco años analizados.
«Se han estimado 195 muertes por suicidio adicionales entre jóvenes de 10 a 17 años (…) después de la emisión de la serie», indica el estudio, que sin embargo no concluye que el alza se deba al contenido. «No han estudiado a individuos que hubieran visto u oído del programa, sino que han analizado todos los suicidios», dice Paul Gionfriddo, presidente de la organización Mental Health America.
Ese incremento en abril «puede ser apenas una coincidencia» porque incluso los investigadores esperaban un incremento en los suicidios de chicas y encontraron lo opuesto.
«EFECTOS ADVERSOS»
La primera temporada se centra en mostrar en detalle el camino hacia el suicidio de Hanna, una joven de 17 años encarnada por la actriz australiana Katherine Langford, que narra el maltrato, el bullying y el abuso sexual al que fue sometida. Las casetes, que entregó a los presuntos responsables, son una suerte de venganza post mortem.
«Presentar a un personaje como vengativo y ver su lucha desde más allá de la tumba es problemático», critica Bridge, que es el jefe del Centro de prevención e investigación de suicidios en Nationwide. Una segunda temporada que abarca más temas salió en 2018, y la tercera está prevista para finales de 2019.
Netflix afirma que están «analizando el estudio» de Nationwide. «Este es un tema de importancia crítica y hemos trabajado duro para asegurarnos de que lo manejamos de manera responsable», dice un portavoz, que destaca, no obstante, otro estudio publicado la semana pasada por la Universidad de Pensilvania.
Con una muestra de 729 individuos entre 18 y 29 años con acceso al show, el estudio encontró «efectos beneficiosos en estudiantes que vieron la segunda temporada completa». «Mostraron menos propensión a hacerse daño o a pensar en terminar con sus vidas que los estudiantes comparables que no habían visto nunca la serie», señala el informe. «Se mostraron más propensos a expresar interés en ayudar a una persona suicida».
«Los espectadores que dejaron de ver la segunda temporada a mitad de camino reportaron mayor riesgo de suicidio a futuro», añade. Dan Romer, director del estudio, destaca no obstante que sus «hallazgos confirman las preocupaciones sobre los efectos adversos que puede tener el programa en espectadores vulnerables».
En julio 2017, un estudio en el Journal of the American Medical Association (JAMA) mostraba que las búsquedas en Internet sobre suicidio y métodos suicidas se dispararon en las semanas posteriores al lanzamiento de la polémica serie.
Para Bridge, Netflix hizo «caso omiso» a las recomendaciones para representar el suicidio en los medios. «Cuando se hace de manera responsable (…) puede ayudar a reducir el estigma y promover la búsqueda de ayuda y apoyo», señala.