¿Cómo son los conductores temerarios?

Conducir es un acto de cierta complejidad que requiere de un adecuado funcionamiento de nuestro cerebro y también de unas características personales que promuevan la precaución. En un importante porcentaje de los accidentes encontramos a los que podemos denominar conductores «reincidentes», dado su estilo de conducción arriesgado y su frecuencia de accidentes de tráfico. Pero, ¿cómo son realmente estos conductores temerarios? ¿Cómo es su personalidad?

Un reciente estudio publicado en la revista PLoS ONE (2016) explica que no hay un solo tipo de conductores arriesgados sino varios, y que poseen características diferenciales en cuanto a su personalidad, sus procesos cognitivos e incluso a nivel neurobiológico. Thomas G. Brown, del Research Centre of the Douglas Mental Health University Institute of Montreal y otros colaboradores de distintas instituciones canadienses y estadounidenses, contaron con la colaboración de cuatro grupos de conductores:

– Conductores ebrios reincidentes
– Conductores temerarios no alcohólicos
– Grupo mixto de conductores arriesgados
– Grupo control de conductores de bajo riesgo

En el estudio se recogió información de su historia criminal, su personalidad, su estilo de comportamiento al conducir, sus procesos cognitivos (como la desinhibición o la toma de decisiones) y de su respuesta de cortisol ante situaciones de estrés.

Los resultados identificaron diferencias significativas entre los cuatro grupos de conductores en varias de las medidas. Por un lado encontraron que el grupo de conductores temerarios que no van ebrios son claramente buscadores de sensaciones, muy desinhibidos y que toman peores decisiones corriendo riesgos elevados.

Por otro lado estarían el grupo de conductores ebrios, que también son desinhibidos pero que corren riesgos cuando consumen alcohol fundamentalmente.

En tercer lugar los autores hallaron que el grupo mixto de conductores temerarios tiene más tendencia a abusar de sustancias tóxicas prohibidas al volante, posee ciertos rasgos de personalidad antisocial y es muy sensible a la recompensa.

Finalmente, todos esos grupos reaccionaron de forma diferente a los conductores de bajo riesgo ante situaciones de estrés, mostrando un menor incremento del cortisol (hormona del estrés).

Según los autores del artículo, conocer estos perfiles nos ayuda a explicar las diferentes vías por las que tiene lugar un comportamiento de riesgo al volante y puede ser una forma de crear medidas preventivas más ajustadas. En este sentido, nos planteamos si entrenar ciertas capacidades mentales como la inhibición o el control cognitivo podría ser una estrategia útil en la prevención de accidentes de tráfico y el fomento de una conducción más prudente. Quizá nuevas investigaciones nos aporten más información sobre estas posibilidades en un futuro no tan lejano. De momento, precaución al volante.

 

FUENTE: MUY INTERESANTE

Deja un comentario