Lo que faltaba: China dispara a niveles récord sus emisiones de CO2

El plan de China de recuperarse de la pandemia a través de las construcción está impulsando sus emisiones de carbono a máximos históricos, según una nueva investigación.

Las emisiones de CO2 del país procedentes de los combustibles fósiles y la producción de cemento aumentaron un 14,5% en el primer trimestre de 2021 en comparación con el año anterior, según un informe del jueves del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA, por sus siglas en inglés). Se trata de la tasa de crecimiento más rápida en más de una década, según el analista principal, Lauri Myllyvirta. Las emisiones también fueron un 9% más altas que en el primer trimestre de 2019, antes de la pandemia.

Como resultado, las emisiones de China generaron casi 12.000 millones de toneladas métricas de CO2 en el año que terminó en marzo de 2021, un récord.

Los datos recientes de Carbon Monitor también muestran un aumento de las emisiones de carbono en China. Según este organismo de seguimiento de las emisiones mundiales de CO2, las emisiones del país aumentaron en el primer trimestre un 21% interanual, el ritmo más rápido entre los principales emisores del mundo. (Myllyvirta dijo que su estimación es inferior, si bien coincide con la de Carbon Monitor.

Este último proporciona estimaciones en tiempo real, mientras que la investigación de CREA considera datos gubernamentales anuales o trimestrales).

Esta última investigación pone de manifiesto el dilema al que se enfrenta la segunda economía del mundo. China necesita mantener el ritmo de la recuperación si espera alcanzar el objetivo del presidente Xi Jinping de duplicar el PIB para 2035. Pero Xi también ha prometido que su país será neutro en carbono para 2060. La política climática se considera un importante ámbito de cooperación, y competencia, entre Estados Unidos y China.Suben las emisiones de gases en China, según estudio 0:29

El objetivo de 2060 siempre ha sido ambicioso para el mayor emisor de carbono del mundo. Pero también es difícil para China reducir su impacto en el clima y lograr una economía más verde cuando su recuperación depende de proyectos impulsados por los combustibles fósiles.

Myllyvirta escribió que la actividad de la construcción en China había provocado un aumento del uso del carbón, que supuso alrededor del 70% del crecimiento de las emisiones en el primer trimestre. (El resto, dijo, se debió al crecimiento de la demanda de petróleo y gas natural).

Según Myllyvirta, alrededor del 60% del aumento del uso del carbón provino de la industria eléctrica. Le siguen las industrias metalúrgica y de materiales de construcción, cuya actividad está aumentando debido a la demanda de proyectos inmobiliarios.

Sin embargo, Beijing señaló que quiere reducir las emisiones este año.

El primer ministro de China, Li Keqiang, prometió en marzo que una de las grandes prioridades para 2021 es impulsar un mayor uso de las energías limpias y aumentar las inversiones en tecnologías verdes.

El gobierno también ha impuesto estrictos objetivos climáticos este año, y los gobiernos locales han puesto en marcha duros objetivos de recorte de la producción para industrias muy contaminantes, como la siderúrgica. Por ejemplo, Tangshan, uno de los mayores centros siderúrgicos del mundo, ha exigido recientemente a las principales plantas de acero que reduzcan su producción entre un 30% y un 50% para 2021. Para ayudar a compensar la reducción de la oferta derivada de estos recortes, el gobierno también ha fomentado la importación de acero.

Myllyvirta dijo que ha notado los intentos del gobierno de obligar a la industria siderúrgica a reducir sus emisiones, y añadió que ese sector tiene una «gran importancia sobre la evolución de las emisiones en China».

«Pero el plan de reducción de emisiones solo puede funcionar si se frena la actual expansión de la demanda de acero para la construcción», dijo. «Esto afecta al corazón de la política macroeconómica de China».

A Beijing se le puede estar acabando el tiempo para controlar el aumento de sus emisiones de carbono y así poder cumplir los objetivos climáticos provisionales.

«Si el CO2 siguiera subiendo al ritmo actual hasta finales de 2021, es decir, un aumento anual de aproximadamente el 9% a partir de 2019, prácticamente no habría espacio para un mayor crecimiento de las emisiones durante 2022-2025, lo que significa que las emisiones tendrían que permanecer sin cambios o disminuir para cumplir los objetivos de 2025″, dijo Myllyvirta.

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