Una mala costumbre: distraerse con el celular afecta la charla cara a cara

Usar el teléfono celular mientras alguien le cuenta alguna historia que cree interesante afecta tanto al que habla como al que escucha. “La distracción tiene un costo”, dicen los investigadores científicos argentinos que probaron por primera vez cómo el uso simultáneo del celular cambia la percepción tanto de lo que se dice como de la otra persona durante la conversación cara a cara.

El hallazgo fue realizado a partir de experimentos que se llevaron a cabo con 1.426 voluntarios que participaron en las conferencias “TEDxRíodelaPlata” en Capital y TEDxRosario en 2013. ¿Y qué hicieron esos voluntarios? “Se sabe que en las conferencias Ted, la gente va a escuchar alguien que tiene una idea que inspira. Nosotros quisimos ir más lejos y aprovechar la presencia de tantas personas para hacer experimentos”, contó a Clarín Mariano Sigman, investigador del Conicet, director del laboratorio de Neurociencias de la Universidad Di Tella y autor del libro La vida secreta de la mente.

Los voluntarios tuvieron que ponerse en pareja con alguien que no conocieran previamente. Cada uno recibía un papel con instrucciones. Algunos tenían que contar una historia de su vida al otro. Otro grupo tenía la tarea de escuchar siempre y otros tenían la instrucción de ignorar y mirar el celular, entre otras variantes. El experimento duró 12 minutos tanto en el encuentro en Capital como en Rosario. Después, los participantes tuvieron que completar un formularios, con diferentes preguntas.

“Encontramos que las personas juzgan el valor de las historias que tienen para contar según la atención que le prestan los otros, excepto cuando se trata de momentos emotivos como la pérdida de un ser querido o de un gran amor. Si no les prestan mucha atención, tienden a pensar que no estuvo buena su anécdota y no que el otro los ignoró”, comentó Sigman. La desatención del que usa el celular hace que ambos (tanto el que habla como el que escucha) juzguen al otro como una persona menos interesante y atractiva. “Los resultados de este trabajo pueden ser útiles para tener en cuenta en las escuelas o en las familias: mirar el celular mientras que un chico quiere contar algo tiene un costo negativo para la relación”, agregó el doctor Sigman, quien publicó el estudio en la revista PLOS One.

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