Cómo hacer un café con leche igual al de una cafetería

Para hacer un café con leche con un sabor, textura y el aspecto igual al de los baristas de una cafetería sofisticada, tenemos que evitar cometer alguna serie de errores.

El objetivo es conseguir una mezcla homogénea de sabores entre la leche y el café, con la cremosidad adecuada. Para ello, mirá que no debés hacer y qué sí según explicó el barista Kim Ossenblok al portal Consumo Claro.

Primer error: no usar el café adecuado

Jamás debemos usar un café barato, con mezcla de variedad robusta, y mucho menos torrefacto, para un café con leche ya que “nos dará una amargor demasiado fuerte y como olor a quemado. Se recomienda 100% arábiga y en especial cafés de Brasil, Centro América y Colombia, descartando los africanos como Kenia y Etiopía, que resultan demasiado  ácidos para la mezcla con la leche.

Segundo error: no usar la leche adecuada

Debemos huir de la leches baratas UHT, que pueden llevar meses en el supermercado y que han perdido parte de su materia grasa; en su lugar debemos apostar siempre por leche fresca y sobre todo entera, ya que el objetivo es emulsionar la grasa de la leche para conseguir una crema densa y estable, y para eso es esencial la materia grasa. Y cuanto más lejos esté de la fecha de su caducidad mejor.

Tercer error: usar cafés largos

Descartar los cafés suaves, de sabor poco intenso, ya que obligan a añadir más para conseguir el sabor deseado, y esto implica aguar la mezcla y perder la textura cremosa que confiere la leche. No usar cafés demasiado largos, tipo filtro americano o émbolo francés. Porque la norma es menos café que leche, algo así como ⅓ a ⅔.  Tiene que ser concentrado, a ser posible de moka, de cafetera espresso o de las automáticas actuales, así lograremos una mezcla donde predomine la textura de la leche.

Cuarto error: no batir con los utensilios adecuados

La textura de la leche es fundamental: debe ser una crema, pero no una espuma, y para ello tenemos que usar o bien un espumador doméstico o un mezclador calentador, que se venden en tiendas de cocina, o si no ingeniárnoslas con una cafetera francesa de émbolo para crear la emulsión. La mejor solución es contar con un vaporizador como el de las cafeteras expreso o las automáticas.

Quinto error: hacer la crema de la leche en caliente

La crema debe empezarse siempre en frío y luego, una vez hemos conseguido el punto, debemos calentar; esto nos dará un tiempo extra para seguir batiendo, además de que en frío es más fácil conseguir la crema que en caliente.

Sexto error: verter el café en la leche

Las proporciones deben ir siempre a favor de la leche, pero es que además, siempre debemos verter la leche sobre el café espresso y no al revés. De este modo conseguimos que se homogeneicen los sabores, puesto que la crema de leche es más densa que el café.

Si vertemos el café sobre la leche, por su menor densidad, nos costaría mucho que se homogeneicen y nos veríamos obligados a revolver con una cuchara, perdiendo la textura de la crema. Además, procuraremos verterlo con una jarra de leche y en círculos concéntricos para rematarlo con un dibujo.

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