A 45 años de ‘Tiburón’: el rodaje calamitoso que se convirtió en un clásico

Este fin de semana se cumplen 45 años del estreno de la gran película Tiburón, un clásico de Hollywood, y a raíz de su aniversario han salido a la luz detalles del film que demuestran que, realmente, fue un milagro el enorme éxito que cosechó.

Lo cierto es que la obra de Steven Spielberg tuvo muy serios problemas durante el rodaje que a punto estuvieron de malograr la obra final.

Tiburón es una de las películas más influyentes de la historia del cine. No obstante, hubo muchos dolores de cabeza: se triplicaron el tiempo de rodaje y el presupuesto que habían estimado los productores en un principio. El plan inicial era de 55 días de rodaje y 3 millones y medio de dólares de presupuesto, pero no tuvo que ver nada con la realidad final. Spielber g terminó necesitando 159 días de rodaje y 9 millones de dólares.

El tiburón que no se hundía

Para colmo, el tiburón construido no se hundía cada vez que era puesto en el agua, lo que dificultaba cada día el rodaje.

Cabe destacar -y muchos no saben este detalle- que los productores habían sugerido la locura de “entrenar” a un tiburón blanco para la película. Por suerte, en seguida se dieron cuenta de que no iba a ser posible, por lo que se decantaron por fabricar tres tiburones mecánicos.

Se triplicaron las horas y el presupuesto

Y así crearon tres tiburones que costaron 150.000 dólares cada uno. Pero los tiburones, a los que llamaron Bruce en honor al abogado del director (Bruce Ramer), no funcionaban del todo bien en contacto con el agua. Más bien todo lo contrario.

Uno era para colocarlo en el agua y al que le faltaba la barriga; otro para filmar desde el lado izquierdo, y el otro del derecho. Pero el mal tiempo, el agua salada entrando en las mangueras neumáticas, las fracturas en el material por culpa del agua, la corrosión y electrólisis… todo dio problemas constantes.

Por todo ello, el famoso tiburón apenas salía en las escenas de la película, un impedimento que se acabó convirtiendo en una de las claves del éxito del film: precisamente su ausencia, que era suplida por una música de terror que paralizaba al espectador, hizo que el monstruo fuera aún más terrible. El suspense se hacía más latente.

Mala relación entre actores

Debido al mal tiempo, el equipo y los actores sufrían mareos por estar tanto tiempo sobre el mar. Además, las malas relaciones entre los actores y el conato de naufragio fueron la gota que colmaron el vaso. Pese a todo ello, por fortuna, el film fue un éxito rotundo.

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