5 cosas que los gatos odian de los humanos

Ya sean olores, ruidos o caricias, los gatos no pueden soportar algunas cosas del mundo humano; tendrán fama de antipáticos, pero todo tiene su explicación.

Los gatos son unos de los animales domésticos más elegidos por los humanos. Si bien suelen ser catalogados como antipáticos, los gatos no tienen problema en jugar y pasar un buen rato con sus amos.

No obstante, a veces el hombre ignora las sensaciones y costumbres de los animales. Con los “mininos” no es la excepción. Según Experto Animal, estas son las cinco cosas que los gatos más odian de los humanos.

No son amigos del agua ni de los olores

No es buena idea forzar a que un gato tome contacto con el agua. Salvo que sea para beber, los “mininos” detestan cualquier otra relación con el agua. Odian bañarse, y no les gusta que los mojen. Si un dueño moja a su gato, puede meterse en un problema.

Además, los gatos tampoco se llevan bien con los olores fuertes. Esto se debe a que, como los perros, tienen un olfato muy sensible. Olores como los que provienen de desodorantes, perfumes, o aromatizantes (además del humo) pueden provocar incomodidad en el animal. Los olores más desagradables para un gato son los de los cítricos y de los ajos.

Orden, volumen bajo y pocas caricias

No es casualidad que los gatos sean reconocidos como animales limpios. De hecho, esa es una de las razones por las cuales algunos dueños los eligen antes que a los perros. Les gusta tener su arenero limpio y ordenado. Asimismo, toleran poco la suciedad en general del ambiente, por lo que si el humano es sucio, al animal le va a resultar incómodo.

La cuarta cosa que los mininos odian es el ruidoen especial si es muy fuerte. Así como su olfato es sensible, sus oídos lo son aún más. Es por eso que no soportan los ruidos o gritos muy estridentes. Para ellos, escuchar sonidos a todo volumen es sinónimo de sensaciones fastidiosas.

Por último, los gatos no son muy afines a las caricias humanas. Mejor dicho, no les gusta el contacto físico en general. Sean besos o abrazos, los mininos pretenden evitar todo ese tipo de gestos (aunque hay algunas excepciones). De hecho, a ellos les gusta “dejarse tocar”, y cuando se cansan, mostrarán su enojo con su dueño.

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