30 de febrero, el día que solo existió una vez en la historia en el calendario
Ya sabemos que llevar la cuenta de los días basándonos en los ciclos lunares y solares siempre ha estado condicionado por los gobernantes. A lo largo de la historia, estos han manipulado los ciclos según sus necesidades políticas y económicas o por cuestiones religiosas.
Fue el emperador Julio César hace casi 2.000 años el que impuso el calendario Juliano, que es muy parecido al que usamos actualmente. Como hoy en día, se alternaron los doce meses con 30 y 31 días, solo que el calendario comenzaba en el mes de marzo por coincidir con el principio de la primavera, tal y como cuenta BBC News. En esta época romana se impuso también el año bisiesto para sincronizar el calendario de 365 días.
Sin embargo, con el paso del tiempo se generó un desbalance, por lo que en 1582 el Papa Gregorio XIII tuvo que intervenir creando lo que hoy conocemos como el calendario Gregoriano. Se trata del calendario que usamos en la actualidad, pero no todos lo adoptaron al mismo tiempo. Y ahí es donde entra la curiosa historia del 30 febrero de Suecia.
Para adoptar el calendario Gregoriano, a partir de 1700 Suecia decidió omitir un día de cada año hasta llegar a 1710. Sin embargo, el plan principal fracasó; en 1700 se quitó un día, pero el resto de años no se redujeron por el inicio de la Gran Guerra del Norte.
Y como ya habían omitido el bisiesto de 1700, el emperador Carlos XII ordenó que en 1712 (otro bisiesto) se añadiera un día adicional al 29 de febrero, creando así el 30 de febrero por única vez en la historia desde las épocas de Julio César. Finalmente, Suecia adoptó el calendario gregoriano en 1753.