¿Sos meteorosensible? Así afecta el calor a tu estado de ánimo

El calor nos afecta a todos. De hecho la mayorías de las personas muestran signos de cansancio y de apatía cuando suben las temperaturas. Sin embargo hay otras personas denominadas meteorosensibles que, además de ese agotamiento y desgana, pueden llegar a sentirse malhumorados sin razón aparente.

Tal como apunta Fernando Miralles, profesor del Grado en Psicología de la Universidad CEU San Pablo, estos síntomas negativos que manifiestan las personas meteorosensibles se ven agravados cuando, además del calor excesivo, existe humedad y viento caliente. «Es entonces cuando manifiestan falta de atención, un carácter más impaciente y más impulsivo y cambios de humor», revela.

Además este año se aprecia, como reconoce el profesor Miralles, que las personas meteorosensibles están sufriendo estos cambios

 negativos en su conducta de manera más acentuada, ya que casi toda la población está con niveles más elevados de ansiedad debido a los efectos de la pandemia que estamos sufriendo. «Este verano, las personas meteorosensibles deberían tener más cuidado con los efectos negativos que ocasionan las altas temperaturas, cuidarse más y, si lo ven necesario, acudir a un centro de psicología clínica, donde les enseñarán técnicas para disminuir la ansiedad y ser más conscientes de sus cambios conductuales», explica el especialista.

A esto hay que sumar los efectos físicos pues las fuertes olas de calor provocan que las personas sufran vasodilatación, sudoración abundante, pérdida de líquidos y electrolitos a través de la piel, falta de sueño y, en algunas ocasiones, casi nulo descanso.

Signos que indican que sos meteorosensible

Una persona meteorosensible suele experimentar molestias o síntomas vinculados con los cambios meteorológicos como dolores de cabeza, cambios de humor o problemas musculares y articulares. Según explica la meteoróloga y doctora en Físicas de eltiempo.es, Mar Gómez, se estima que aproximadamente un 30% de la población puede serlo. «Podemos determinar si somos o no meteorosensibles cuando observemos que ciertos cambios de tiempo producen efectos en nuestra salud mental o física», aclara la meteoróloga.

Los fenómenos meteorológicos que más suelen afectar a estas personas son las variaciones de presión, temperatura y humedad, así como los cambios en los vientos que produzcan variaciones y alteraciones en la electricidad atmosférica. Aunque también les afectan los episodios de contaminación o el efecto Foehn (fenómeno se produce cuando una masa de aire caliente y húmedo se ve obligado a ascender una montaña. Cuando el aire desciende, lo hace con menos humedad y con más temperatura).

Algunos de esos síntomas de esa meteorosensibildad el aumento de los episodios de migrañas (si la persona sufre esta dolencia) ante las altas presiones, el dolor de huesos ante los descensos bruscos de temperatura o los problemas articulares y musculares cuando se produce un cambio repentino en las condiciones de humedad.

Cómo aliviar los efectos del calor

Para combatir estos problemas, el profesor Miralles aconseja comer alimentos con pocas calorías, evitar el alcohol, descansar más horas de las normales (en especial en las horas de más calor) y echarse la siesta, reducir la actividad física, usar ropas ligeras y, sobre todo, no exponerse directamente al sol y beber muchos líquidos.

A la hora de hidratarse es aconsejable el consumo de batidos y smoothies saludables, los refrescos caseros, infusiones frías, los combinados sin alcohol de agua con gas, los granizados de frutas y las frutas y verduras de temporada, cuyos nutrientes y su alto contenido en agua ayudan a combatir los efectos del calor.

Para favorecer el descanso nocturno será útil ventilar previamente las casas y usar ropa ligera de algodón, que favorece la transpiración.

La parte positiva de ser más sensible

Los efectos adversos para las personas meteorosensibles asociados a la llegada del verano se producen se producen especialmente cuando las temperaturas son extremas, pero también es cierto que cuando el calor es limitado y las condiciones adversas, el verano es la época del año en el que el estado de ánimo general es más positivo y nos volvemos más extrovertidos y tolerantes. Así, según destaca el profesor del CEU, es precisamente en las estaciones de primavera y verano cuando los meteorosensibles se encuentran más activos y alegres, frente a su tono más deprimido por la falta de luz durante el otoño y el invierno. «Salir de trabajar en verano y tener luz del día hace que aumente la sensación de alegría a diferencia de lo que sucede en invierno cuando en muchos casos entramos y salimos de trabajar sin disfrutar apenas de la luz solar, lo que hace que nos sintamos mucho peor», argumenta.

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