Hikikomori: El síndrome japonés crece en todo el mundo

En todo Japón, casi 1,5 millones de personas se han alejado de la sociedad, llevando vidas solitarias en gran medida confinadas dentro de las paredes de su hogar, según una encuesta del gobierno.

Estos son los hikikomori de Japón, o recluidos, definidos por el gobierno como personas que han estado aisladas durante al menos seis meses. Algunos solo salen a comprar comestibles o para actividades ocasionales, mientras que otros ni siquiera salen de sus habitaciones.

La frase se acuñó en la década de 1980, y las autoridades han expresado una creciente preocupación por el tema durante la última década, pero la crisis del covid-19 empeoró las cosas, según una encuesta realizada en noviembre pasado por la Agencia de Niños y Familias del gobierno.

La encuesta nacional encontró que entre 12.249 encuestados, aproximadamente el 2% de las personas de 15 a 64 años se identificaron como hikikomori, con un ligero aumento entre las personas de 15 a 39 años. Con ese porcentaje aplicado a la población total de Japón, se estima que hay 1,46 millones reclusos sociales en el país, según un vocero de la agencia.

Las razones comunes citadas para el aislamiento social fueron el embarazo, pérdida de trabajo, enfermedades, jubilación y tener malas relaciones interpersonales, pero desde hace 3 años se sumó una causa más: el covid-19, con más de una quinta parte de los encuestados citando la pandemia como un factor importante en su estilo de vida solitario.

Expertos aseguran que a menudo se cree que el hikikomori proviene de problemas psicológicos como la depresión y la ansiedad, pero factores sociales también juegan un papel importantes, como las normas patriarcales de Japón y la exigente cultura laboral.

El hikikomori había existido mucho antes de la pandemia, ligado al otro problema inminente de Japón: su crisis demográfica. La población de Japón ha estado en declive constante desde su auge económico de la década de 1980. Su tasa de fertilidad y el número anual de nacimientos han caído a nuevos mínimos históricos durante varios años seguidos.

Al mismo tiempo, la población de personas mayores aumenta a medida que las personas dejan de trabajar y se jubilan, lo que significa problemas para una economía estancada. Para las familias con miembros hikikomori, esto plantea un doble desafío, denominado “problema 8050”, que se refiere a los reclusos sociales de 50 años que dependen de padres de 80 años.

Las autoridades también han citado otros factores, como el creciente número de adultos solteros a medida que disminuye el atractivo de las citas y el matrimonio, y el debilitamiento de los lazos de la vida real a medida que las personas trasladan sus comunidades en línea.

En 2018, el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón estableció un organismo de apoyo regional hikikomori para ayudar a las personas afectadas por el fenómeno. “Creemos que es importante restablecer los lazos con la sociedad mientras brindamos apoyo detallado a quienes se han retirado atendiendo sus situaciones individuales”, dijo Takumi Nemoto, entonces jefe del ministerio, en 2019.

Agregó que las autoridades locales y nacionales habían lanzado varios servicios, como consultas y visitas domiciliarias a las personas afectadas por hikikomori, apoyo a la vivienda para personas de mediana edad y mayores, y otros esfuerzos comunitarios para “hogares que tienen dificultades para informar un SOS por sí mismos”.

Pero estos esfuerzos se vieron eclipsados por los desafíos que se presentaron durante la pandemia, lo que llevó al gobierno a realizar encuestas a nivel nacional sobre la soledad a partir de 2021 y a lanzar un plan más intensivo de contramedidas en diciembre de 2022. Algunas medidas incluyeron impulsar la conciencia pública y campañas de prevención del suicidio a través de las redes sociales; asignar más consejeros escolares y trabajadores sociales; y continuar con un servicio de consulta telefónica las 24 horas del día, los 7 días de la semana para aquellos con “vínculos sociales débiles”.

Aunque la pandemia puede haber causado una mayor soledad en la sociedad, también puede haber simplemente arrojado luz sobre problemas existentes desde hace mucho tiempo que generalmente se pasan por alto, dijo el gobierno en el plan. “Dado que se espera que aumente en el futuro el número de hogares unipersonales y ancianos unipersonales, existe la preocupación de que el problema de la soledad y el aislamiento se agrave”, dijo.

Lo que obliga al gobierno, aún habiendo controlado la propagación de covid-19, a abordar los problemas de soledad y aislamiento inherentes a la sociedad japonesa.

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