Todo lo que tenés que saber sobre la Tucura Quebrachera
Estas «langostas gigantes» que han invadido las ciudades del litoral argentino durante los últimos días, son insectos del género Tropidacris y pertenecen a los acridoideos más grandes que se conocen. El género se encuentra distribuido desde el sureste de México hasta el centro de nuestro país, siendo su área de distribución típica los ambientes tropicales.
En Argentina, la tucura quebrachera suele ser abundante en el Norte del país, incluyendo las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Formosa, Chaco, Norte de Córdoba, Este de Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero.
Las especies del género Tropidacris son arbóreas y algunas son plagas forestales importantes en Brasil y Venezuela. Pueden producir daños ocasionales y localizados en cultivos tropicales como el plátano, mandioca, cítricos, palma de coco, café, maíz, sorgo, caña de azúcar. De hecho, generaron un problema importante en este sentido en la provincia de Córdoba a mediados de este año.
El adulto de la tucura quebrachera (Tropidacris collaris) es un insecto arborícola que alcanza entre 10 y 13 centímetros de longitud y 24 cm. de extensión alar, que le permite volar en forma similar a un pájaro. Esta tucura es de mayor tamaño, a diferencia de otras especies comunes en nuestra zona.
Se alimenta de hojas del bosque nativo, especialmente de quebracho blanco y tiene un ciclo de vida de 240 días. Frecuentemente, es confundida con T. cristata, sin embargo, el color de las alas posteriores de T. collaris es azulado en contraste con T. cristata que son rojizas. Por otra parte, estas alas le permiten «espantar» a sus predadores al producir un extraño y fuerte ruido cuando se sienten amenazadas. Más allá de eso, no son insectos peligrosos.
Si bien su ciclo biológico es poco conocido, desova en el suelo, los adultos mueren entre agosto y septiembre y los huevos quedan para la siguiente temporada.
Presenta una generación anual y las ninfas se desarrollan durante la época de lluvias (desde noviembre hasta abril aproximadamente). Estas ninfas son de hábitos gregarios y se encuentran en grupos bien definidos en el suelo o en la vegetación del monte.
En cambio, en zonas cálidas su reproducción es continua y pueden superponerse adultos y ninfas. Las altas temperaturas y la falta de heladas favorecen el desarrollo ninfal y aumenta considerablemente la población de estas langostas.
Ante la falta de quebracho blanco, vuelan en grupo y van colonizando otras zonas y especies vegetales, adoptando un comportamiento, hasta ahora desconocido, de migración lenta. Es así como llegan sorpresivamente a las ciudades, en donde se alimentan de árboles y arbustos forestales y ornamentales.