10 secretos para tener el aliento fresco a la mañana

Nuestra boca por la noche se llena de bacterias que, si no producimos suficiente saliva, generan mal aliento. Aquí 10 cosas que podemos hacer para prevenir esa horrible sensación que genera la halitosis.

En primer lugar, vale recordar que el mal aliento es causado por bacterias que producen olor que pueden crecer en la boca. Al no cepillarnos ni usar hilo dental de manera regular, las bacterias se acumulan en trozos de alimentos que quedaron en tu boca y entre los dientes. Los componentes de azufre liberados por estas bacterias provocan mal aliento. Al mismo tiempo, por diversas causas la boca puede tener escasez de saliva lo que facilita la reproducción de esas bacterias.

Pero hay algunas cosas que, más allá del buen cepillado y cuidado de la salud dental en general, podemos hacer para evitar el mal aliento:

1- No comer ajo ni cebolla Es molesto si nos gusta comer cualquier tipo de comida, porque el ajo y la cebolla se pueden encontrar en la gran mayoría de los platos salados. Pero si valoramos un aliento fresco, al menos deberíamos tratar de evitarlos, ya que los compuestos de azufre potentes en ambos alimentos son absorbidos en el torrente sanguíneo y se liberan al exhalar. Debido a esto, ninguna cantidad de cepillado o chicle que masquemos puede eliminar el olor, simplemente lo enmascara hasta cierto punto.

2- No saltearse el cepillado de dientes nocturno Sabemos que el cepillado por la mañana es para limpiar la boca con la frescura de menta para el día por venir, pero el de la noche es también para algo más que los dientes. Sin deshacerse del exceso de comida en la boca antes de dormir, la bacteria que causa el mal aliento durante la noche tiene una ventaja importante, y harán de su aliento un gas nocivo llegado el amanecer.

3- No tomar café o alcohol Ambas bebidas crean un efecto de sequedad en la boca, lo que reduce la producción de saliva y crea el escenario perfecto para que las bacterias con olor se alarguen y multipliquen. Un atracón de alcohol la noche del viernes tiene la capacidad de repeler a todos y cada uno con su resultante aliento por la mañana, así que quizás es mejor dejar a la cita de una noche a las 4 am antes que despertar al lado de ellos la mañana siguiente.

4- No usar sistemáticamente enjuague bucal después de cada cepillado Es un arma de doble filo. Claro, hace que nuestro aliento huela a menta, pero también seca la boca (especialmente los que contienen alcohol) y como ya sabemos, eso no es bueno para mantener las bacterias malolientes alejadas. Su uso en la mañana está bien, nuestra saliva se puede esquivar relativamente rápido, pero usarlo en la noche mantendrá el aliento fresco durante una hora y luego servirá para aumentar la velocidad a la que las bacterias se multiplican.

5- No dormir con la boca abierta Este punto escapa más a las voluntades individuales, pero es central. La respiración, al hacer entrar y salir velozmente al aire de la boca mientras dormimos, causa sequedad, como si fuera un secador de pelo. Esto fomenta que las bacterias se establezcan en la boca. Respirar por la nariz significa que el aire pasa por alto la boca y la poca saliva que existe tiene una mejor oportunidad de expulsar a las bacterias.

6- Intentá con la técnica del «Oil Pulling» Podría no ser la mejor opción para los impacientes entre ustedes. Este método para tener aliento fresco se originó en la India hace unos 3.000 años, pero la técnica es bastante simple, y forma parte de las terapias ayurvédicas. El «Oil pulling» consiste en tomar una cucharadita de aceite (se recomienda de coco, pero sésamo y girasol trabajo también) y hacerse buches alrededor de la boca durante 20 minutos (sí, 20 minutos). Los estudios han demostrado que cuando los microorganismos de la boca entran en contacto con aceite, se adhieren a él, y así quedarán eliminados cuando finalmente escupamos el aceite.

7- Cepillarse la lengua Al igual que los dientes (y de hecho toda la boca) la lengua es un caldo de cultivo de bacterias que causa el mal aliento, así que si usted no se la cepilla, van a multiplicarse durante todo el día y la noche. La buena noticia es que un cepillo de dientes común viejo es completamente capaz de hacer el trabajo.

8- Oler el hilo dental Puede sonar desagradable, pero oler el hilo dental después de haber usado es una solución maravillosa para el viejo problema de saber si nosotros mismos tenemos mal aliento. Esta técnica, acercada por el dentista John Woodall, dicta que si el hilo huele mal o hay sangre en él, hay malos olores en la boca. Si ese es el caso, hay que repasar esta lista hasta que el hilo huela tan fresco como una persona con aliento a menta.

9- Beber mucha agua El agua es el perfecto agente de limpieza para su boca «sobre la marcha». Ya sea beberla de un tirón o enjuagarse la boca y escupir, elimina las bacterias. El agua potable también estimula la producción de saliva, lo que es el agente de limpieza natural más potente que disuelve las sustancias que huelen mal en la comida y la bebida.

10- Mascar chicles sin azúcar Mascar es bueno para la boca en dos sentidos. Ayuda a aflojar el exceso de comida y las células muertas de los dientes, las encías y la lengua. Además, se combina con un delicioso sabor que elimina el olor terrible de nuestro aliento, siendo el de menta el más efectivo). El chicle sin azúcar erradica la desventaja de que aquellos con azúcar erosionan los dientes. Por otro lado, masticar incluso después de que ha perdido su sabor promueve la fabricación de saliva.

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