Neuralink: Conocé el proyecto de Elon Musk para conectar cerebros y ordenadores
Elon Musk tiene previsto hacer un anuncio el viernes 28 de agosto sobre Neuralink, una compañía que está tratando de diseñar tecnologías de interfaz capaces de conectar el cerebro con un ordenador.
Parece pura ciencia ficción, pero las investigaciones en este área han progresado rápidamente durante estos últimos años, aunque todavía estamos lejos de poder enviar correos electrónicos con nuestra mente. Sin embargo, a diferencia de otras de las empresas famosas de Musk, como SpaceX y Tesla, Neuralink estará mucho más limitado a la hora de innovar y sacar productos de consumo. Esto es lo que debes saber sobre el proyecto, incluido lo que es teóricamente posible, cómo de escépticos debemos ser con él y quién más está diseñando interfaces cerebro-ordenador.
Anunciado por Elon Musk en 2017, Neuralink intentará usar “interfaces cerebro-ordenador de ultra banda ancha para conectar humanos y ordenadores”, o dicho de forma más simple: conectar cerebros humanos con ordenadores a través de chips implantados en nuestro cerebro.
Al principio, las interfaces cerebro-ordenador de Neuralink podrían usarse para tratar trastornos cerebrales, como el Parkinson, la epilepsia y la depresión. También podrían usarse junto con dispositivos de apoyo avanzados, en los que los pensamientos de una persona podrían controlar miembros artificiales u otras prótesis. Sin embargo, si finalmente se lograse la visión final de Musk, esta tecnología adquiriría un aspecto más transhumanista, lo que permitiría a los futuros humanos controlar dispositivos externos con sus mentes, transmitir pensamientos directamente al cerebro de otra persona e incluso aumentar ciertas capacidades cognitivas, como una mayor inteligencia y memoria.
Ya de una forma más conceptual, Musk ha posicionado a Neuralink como una forma potencial para que la humanidad evite un apocalipsis a manos de la inteligencia artificial, llegando a afirmar hace tres años cuando se lanzó el proyecto que esta tecnología podría ayudarnos a “lograr una especie de simbiosis con la inteligencia artificial. Al potenciar nuestros débiles cerebros, argumentó, trataremos de tú a tú con nuestras avanzadas tecnologías, en una especie de “si no puedes vencer, únete a ellos” al problema cuya solución ya critiqué en 2017.
A diferencia de los coches eléctricos o los cohetes espaciales, las interfaces cerebro-ordenador se consideran dispositivos médicos, lo que significa que cualquier empresa que se dedique a algo así tendrá que pasar por los canales regulatorios adecuados para que aprueben sus experimentos y productos.
Al igual que otros desarrolladores de medicamentos y dispositivos médicos —ya sean públicos o privados— Neuralink tendrá que demostrar la seguridad y eficacia de sus productos, generalmente a través de ensayos clínicos meticulosos y duraderos. Dado que la empresa quiere implantar chips en el cerebro de la gente, incluidos los cerebros de personas perfectamente sanas, esto presentará desafíos únicos, por lo que el marco temporal en el que ocurra todo ésto puede durar décadas. Neuralink también encontrará obstáculos en el hecho de que algunas de sus ofertas más futuristas se considerarán como mejoras, no como terapias, lo que sin duda complicará aún más que sean aprobadas por los diferentes entes regulatorios.
A pesar de estos desafíos, los científicos han logrado grandes avances a lo largo de estos años en su intento por convertir la ciencia ficción en realidad. Elon Musk es el que se lleva la mayor atención mediática, pero otros investigadores no tan famosos han conseguido progresos impresionante en este área, brindándonos un adelanto de lo que realmente podrían conseguir.
El año pasado, un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Columbia tradujo ondas cerebrales a un sistema de habla reconocible, mientras que un equipo de la Universidad de California construyó un tracto vocal virtual capaz de simular los aspectos mecánicos de la comunicación verbal conectándolo directamente con el cerebro humano. En 2016, un implante cerebral permitió a una persona que había sufrido una amputación usar sus pensamientos para mover los dedos de forma individual de la prótesis de su mano. Las interfaces cerebro-ordenador también se han utilizado para crear exoesqueletos robóticos controlados con la mente y para restaurar el sentido del tacto y funciones motoras parciales en personas con lesiones en la columna. También se han realizado algunos trabajos interesantes para establecer comunicación entre distintos cerebros humanos, aunque todavía están en su fase más temprana.
El trabajo con animales también ha dado buenos resultados. Entre los ejemplos más notables están una interfaz inalámbrica cerebro-ordenador que permitió a un mono controlar una silla de ruedas con su mente y un implante cerebral que permitía a los monos escribir 12 palabras por minuto usando solo el pensamiento.Investigadores de la Universidad de Stanford consiguieron que un mono controlase una silla de ruedas motorizada gracias a un implante craneal.Imagen: Universidad de Stanford
La incursión de Musk en este mundo no es para nada revolucionaria, o al menos por ahora. Lo que lo hace potencialmente diferente es la escala, la financiación y la intención de Neuralink, sin mencionar la naturaleza carismática del propio Elon Musk.