8 técnicas japonesas para encontrar la paz

Hay una razón por la que Japón tiene una de las poblaciones más longevas y más balanceadas del mundo. Y va mucho más allá de su costumbre de beber té en silencio. Hoy te contamos ocho prácticas específicas que han usado durante siglos para cultivar la interna y poderosa calma que este pueblo cultiva.

Te revelaremos cada una de ellas y cómo pequeños ajustes a tu rutina pueden transformar tu relación con el estrés y la ansiedad. De esta forma, en poco tiempo podrás dominar el arte de la tranquilidad interna.

Seijaku

El primer secreto es el Seijaku, que significa tranquilidad profunda.  Esto va más allá de la ausencia de ruido.  Seijaku es un estado de paz interna que existe sin importar lo que sucede alrededor tuyo.
Los japoneses cultivan Seijaku a través de momentos de silencio consciente. Esto se puede practicar al despertar, antes de una comida, o incluso durante unos minutos en el trabajo. Pensá en esto como la creación de un santuario interno personal, una especie de isla tranquila y exclusiva, donde poder tomar refugio cuando el mundo exterior se vuelve turbulento.

Ikigai

El propósito que calma. Ikigai es tal vez el concepto más conocido de Japón en el occidente, pero hay una dimensión que es raramente explorada y tiene que ver con cómo tener un propósito claro en la vida reduce la ansiedad. Cuando sabes por qué estás haciendo algo, cuando cada acción que emprendés tiene significado, tu mente deja de gastar energía en preocupaciones innecesarias.
Tu Ikigai no necesita ser grande. Esto puede ser algo tan simple como cuidar bien a tu familia, o crear momentos de belleza en tu día. 

Wabi Sabi

La belleza de la imperfección.  El tercer secreto es Wabi Sabi, el arte de encontrar la belleza en la imperfección. Esto es revolucionario para cualquiera que vive en la búsqueda constante (y en el fondo imposible) de la perfección. 
Cuando abrazas al Wabi Sabi, dejás de luchar contra las imperfecciones de la vida y empezás a verlas como parte de su belleza única.
Imaginate mirar a una hoja en otoño,  y admirar sus bordes irregulares, sus colores fadeados. Hay una paz profunda en aceptar que no todo necesita ser perfecto para ser hermoso. 

Sado

La ceremonia de té como meditación. Sado, o la ceremonia de té, enseña que cualquier actividad diaria puede convertirse en una práctica de conciencia o un momento de meditación. 
Esto va más allá del té en sí. Se trata de estar completamente presente en lo que hacés. Podés aplicar esto, al hacer tu café de mañana, limpiando la casa, o incluso lavando platos.
Cuando traes toda la atención a una simple actividad, la mente naturalmente se calma. 

Shinrin-yoku

Shinrin-yoku literalmente significa bañarse en el bosque. Es la práctica conciente de sumergirse en la naturaleza, no para ejercitarse, sino simplemente para conectarse.
No necesitas un bosque para practicar esto. Un parque funciona, tu jardín funciona, incluso mirando el cielo desde tu ventana.  
La clave es crear momentos de conexión genuina con el mundo natural, dejándolo restaurar tu equilibrio interno.

Mono no aware

La conciencia de la impermanencia. Este concepto genera la conciencia melancólica, sin embargo profundamente pacífica, de que todo en la vida es temporal. 
Imaginá contemplar una flor de cerezo, sabiendo que la flor se desvanecerá. Hay una belleza agridulce en ese instante. Sin embargo, cuando realmente entendés que tanto el dolor como la alegría son temporales, desarrollas una serenidad natural.  Tus problemas dejan de sentirse permanentes y agotadores. 

Ubaitori

 No compararse con los demás. Ubaitori proviene de observar cómo diferentes árboles cada vez florecen, lo hacen en su propia temporada y en su propio modo único. El cerezo por ejemplo, no se apresura a igualarse al resto de los árboles que florecieron antes que él temprano, y el manzano no intenta copiar los delicados pétalos del duraznero.
Esta filosofía nos enseña que cada persona tiene su propio ritmo de crecimiento y desarrollo, al igual que cada árbol produce diferentes frutas en diferentes temporadas. 
Ubaitori te ayuda a valorar tu propia individualidad, reconocer tu camino personal y celebrar tus propios logros en vez de medirte contra otros. 

Gaman

La fuerza de la paciencia. El último secreto es el Gaman, la habilidad de sufrir dificultades con dignidad y paciencia. Esto va más allá de la resignación pasiva. 
El Gaman es una fuerza interna que te permite despejar tormentas sin perder tu serenidad. El Gaman entiende que algunas situaciones no pueden ser cambiadas, mientras que tu respuesta a ellas sí puede modificarse. Pensá en un árbol que se tambalea con un fuerte viento, pero no se rompe. 

Estos ocho secretos no son sólo conceptos filosóficos. Son invitaciones a una manera diferente de estar en el mundo. Una manera más tranquila, más consciente. Más alineada con el ritmo natural de la vida. No necesitas abrazarlos todos a la vez.
Elegí uno que te haya resonado y comenzá poco a poco a practicarlo. No necesitas manejar todos los ocho de inmediato, simplemente explorar uno y dejar que te guíe. Vas a ver cómo algo tan simple puede cambiar todo tu entorno inmediatamente.