¿Qué efecto tiene respirar dentro de una bolsa de papel?

Posiblemente habrás escuchado alguna vez que para calmarse nada mejor que respirar en una bolsa de papel. Pues bien, lejos de lo que pudiera parecer –una leyenda urbana- esta afirmación es cierta. Se trata de una técnica para corregir la hiperventilación, un exceso de aportación de oxígeno desde el exterior hacia nuestro organismo.

Esto rompe el equilibrio que nuestro cuerpo tiene entre el dióxido de carbono y el oxígeno, lo que provoca rápidamente una respuesta del cerebro, que nos fuerza a respirar menos. Mientras esto ocurre, el resto de nuestra sangre se vuelve más alcalina, lo que provoca aparezcan: hormigueos, mareos, debilidad en las piernas, palpitaciones, temblores, dificultades de visión, etc.  

Respirar en una bolsa de papel

Si respiramos en una bolsa de papel durante unos minutos inhalaremos parte del dióxido de carbono que hemos perdido, lo que ayudará a nivelar su presencia en la sangre y a recuperar la normalidad. Para ello es necesario que respiremos con la bolsa colocada sobre la boca y la nariz haciendo que ambas permanezcan en su interior mientras respiramos, y que lo repitamos tres o cuatro ocasiones.

No conviene repetirlo demasiado ya que podemos provocar el efecto contrario y alterar ahora los niveles del dióxido de carbono en la sangre, con lo que volveríamos a estar en el punto de partida. 

 También resulta muy útil emplear bolsas de papel para respirar en aquellas situaciones en las que las personas están muy nerviosas, ya que les puede ayudar a corregir la situación.

Otra utilidad de respirar en una bolsa de papel es la corrección del hipo. Como este molesto síntoma aparece por un mal funcionamiento del diafragma y por la falta de dióxido de carbono en la sangre, respirar en una bolsa de papel nos ayudará a corregir la administración de aire a nuestro cuerpo, provocando que recuperemos la normalidad.

Un tercer caso para el que respirar en una bolsa de papel resulta especialmente útil es para los cuadros de asma. Los expertos en enfermedades respiratorias afirman que las personas que sufren asma presentan frecuentemente cuadros de hiperventilación, por lo que respirar en una bolsa de papel ayuda a nivelar los desequilibrios que provoca este hecho. Finalmente, hay que destacar también que respirar en una bolsa de papel ayuda a que llegue más dióxido de carbono al ojo, haciendo que se corrijan capítulos incipientes de oclusión de la arteria retiniana. Este problema de salud está relacionado con la disminución del flujo de oxígeno al ojo, algo que eventualmente puede provocar la ceguera.

En cualquier caso, y aunque respirar en bolsas de papel es muy beneficioso para el organismo, no es la solución para todos los males. Así, por ejemplo, hay cuadros en los que tenemos problemas para respirar (ataques al corazón, por ejemplo) en los que el cuerpo responde hiperventilándose. En esta situación debemos dejar que el cuerpo actúe con total libertad, pues respirar en una bolsa de papel lo único que conseguiría sería empeorar la situación.

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