¿Por qué los hombres «se apagan» después del sexo?
Si tu pareja se queda dormida después de tener un orgasmo, no te angusties. Según un estudio, dormirse durante o luego de la relación sexual es normal en los hombres y tiene que ver con una razón biológica y no amorosa.
En efecto, un grupo de investigadores del Instituto Francés de Salud e Investigación Médica liderados por Serge Stolerú asegura que en los hombres, su cerebro literalmente se «apaga»; manda la orden de desactivar cualquier sensación de deseo sexual una vez llegado al orgasmo.
Los investigadores escanearon los cerebros de los hombres durante el momento de la relación sexual y después de ella y observaron que el córtex cerebral -encargado del pensamiento consciente- se «apagaba» durante el momento del orgasmo.
Asimismo, el córtex del cíngulo anterior -que regula el ritmo cardiaco- y la amígdala cerebral -que procesa y almacena de reacciones emocionales- se vio que eran las encargadas de enviar un mensaje al resto del cerebro anulando cualquier deseo sexual. Para ello, producían una secreción masiva de dos sustancias: la oxitocina y la serotonina, dos hormonas que inducen el sueño y llevan a los hombres a dormirse con mayor facilidad.
Otra investigación, publicada en el libro ¿Por qué los hombres se duermen después del sexo? de Mark Leyner y Billy Golberg, determinó que el orgasmo deja los músculos sin su reserva energética: el glucógeno. Según esta investigación, el hecho de que los hombres tengan mayor masa muscular hace que acaben más cansados y adormecidos.
En el caso de las mujeres, la reacción también es biológica pero es completamente opuesta a la de los varones. Según un estudio, realizado por la Universidad de Tecnología de Queensland, en Australia, y la Universidad de Zurich, casi la mitad de las mujeres -un 46%- experimentó sensación de tristeza, ganas de llorar y ansiedad después de alguna relación sexual a lo largo de su vida.
A otras, en cambio, se les da por hablar. Según una investigación realizada por los psicólogos norteamericanos Susan Hughes y Daniel Kruger, el hecho de que muchas mujeres sientan la necesidad de recibir mimos y palabras amorosas tras el coito se explica como una manera de reforzar el vínculo afectivo en un entorno muy íntimo.