¿Por qué amamos escuchar historias de terror? La ciencia lo explica
¿Sos de los que quiere ver todas las películas de terror que existen en las plataformas de streaming?, ¿te gusta escuchar los podcasts que cuentan situaciones de miedo?, ¿disfrutaste los cuentos de Lovecraft y Edgar Allan Poe, y de ahí saltaste a Stephen King porque te enamoraste del género? Entonces sos oficialmente un amante del género de terror. ¿Querés saber por qué?
De entrada hay que decir que el concepto de terror no ha sido el mismo a lo largo del tiempo, hay investigaciones que afirman que el miedo es complejo, y por lo tanto, se encontrarán definiciones diversas de éste dependiendo de la fuente que se consulte y la temporalidad de los autores que han escrito sobre él. Desde la antropología se afirma que el miedo original y más antiguo en el ser humano es el miedo a la muerte, que es compartido por la humanidad y con otras especies, debido al instituto de supervivencia integrado en nuestra mente.
Coltan Scrivner, especialista en psicología de la curiosidad mórbida, afirma que en décadas anteriores se afirmaba que la gente buscaba alguna experiencia relacionada al miedo, porque les gustaba la sensación de adrenalina que quedaba después. No obstante, Scrivner dice que ahora se pueden clasificar en tres grupos a aquellos que disfrutan sentir miedo: los primeros serían los adictos a la adrenalina, pero este es el grupo más pequeño; en segundo lugar, estarían aquellos a los que se llama “nudillos”, y es la gente que va cerrando poco a poco sus puños conforme van avanzando en una casa embrujada o va reconociendo la trama de alguna película; gustan de probar y romper sus límites, además, aprenden de qué manera reaccionan al miedo. Finalmente, el tercer grupo o “cubierta negra”, es en el que se encuentran las personas que usan el terror o algún tema “oscuro” para poder manejar sus problemas existenciales o estados de emociones oscuras, como la ansiedad o el miedo que sienten, y usan los géneros de miedo para poder trabajar con estas emociones.
El mismo Scrivner ha encontrado que consumir relatos, películas, series, podcast de miedo, ayuda a aprender a regular las emociones incómodas; de hecho, él y su equipo de investigación identificaron que durante los primeros meses de la pandemia global por Sars-COV-2, aquellos fans de los géneros de miedo y terror fueron más resilientes cuando todavía no se sabía exactamente qué estaba sucediendo en el mundo. Esto se relaciona con la idea de que el miedo en ocasiones funciona como una catarsis, tanto individual como colectiva, y se dice que es un medio para burlar nuestros verdaderos temores.
Básicamente, el amor por escuchar historias de terror puede tener varias explicaciones psicológicas y emocionales:
- Emoción y adrenalina: Las historias de terror suelen generar emociones intensas como miedo, suspenso y anticipación. Muchas personas disfrutan de estas emociones fuertes y la adrenalina que producen, similar a la sensación de montaña rusa.
- Curiosidad por lo desconocido: El miedo es una emoción primal que nos alerta sobre posibles peligros. Escuchar historias de terror nos permite explorar lo desconocido de una manera segura, satisfaciendo nuestra curiosidad por lo que nos asusta sin correr riesgos reales.
- Catarsis: Al enfrentarnos a situaciones aterradoras a través de las historias, podemos experimentar un alivio emocional y psicológico. El proceso de confrontar nuestros miedos de manera controlada puede ayudarnos a procesar nuestras propias ansiedades y temores.
- Sentido de comunidad: Compartir historias de terror con otras personas puede fortalecer los lazos sociales al crear una experiencia compartida. La sensación de pertenencia a un grupo que comparte intereses similares puede ser reconfortante y gratificante.
- Estímulo mental: Las historias de terror a menudo involucran giros inesperados, tramas complejas y elementos sobrenaturales, lo que desafía nuestra mente y estimula nuestra imaginación. Este aspecto intelectual puede ser otra razón por la cual algunas personas disfrutan de este género.
En resumen, el amor por las historias de terror es una combinación de emociones intensas, curiosidad por lo desconocido, la búsqueda de catarsis, el sentido de comunidad y el estímulo mental que ofrecen estas narrativas.