La ciencia derriba cuatro de los mitos populares más extendidos
Los mitos y las creencias populares circulan por las calles y por los barrios afirmándose en el imaginario colectivo. Muchas veces las personas adoptamos costumbres, ideas y prácticas que surgieron de la mera transmisión oral y no necesariamente del rigor científico.
“El mito, que significa fábula, le ha permitido al hombre explicar una realidad que se le presenta de manera irracional”, dice al respecto un estudio de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador de Venezuela.
En ese marco, para no caer en errores o en actividades que no nos benefician tal como se cree, es conveniente acudir a los datos y repasar qué dicen los expertos sobre los mitos más comunes de la humanidad.
Orinar sobre una picadura de un aguaviva
Si alguna vez en nuestra vida sufrimos la dolorosa picadura de una medusa, seguramente hemos escuchado que la mejor manera de paliar el ardor es orinar sobre la herida. El curioso método curativo se hizo famoso en un capítulo de la serie Friends, en el que Mónica sufrió el contacto con un aguaviva y Chandler orinó para prevenir el daño.
Este mito está muy arraigado entre quienes frecuentan las costas marítimas, especialmente aquellas en las que hay presencia de aguavivas: en el mar argentino, por ejemplo, se identificaron cerca de 70 especies diferentes.
Recientemente, expertos ingleses del Sea Life London Aquarium realizaron una encuesta en la que concluyeron que el 30% de la población británica haría pis sobre una picadura de medusa para aliviar el dolor. Sin embargo, alertaron que este método no es efectivo y pidieron tener en cuenta otras recomendaciones.
“Aconsejamos al público que se mantenga alejado de la orina si tiene la mala suerte de ser picado”, indicó Jack Willians, integrante de Sea Life. En ese sentido, Willians llamó a enjuagar la zona afectada con agua de mar y a apartar los tentáculos que quedan en la picadura. Posteriormente, explicó que conviene sumergirse en agua tibia para aliviar el dolor.
Comer zanahorias para ver mejor
La creencia de que los vegetales nos dan mejor visión nocturna está particularmente arraigada en torno a la zanahoria. Este alimento de color naranja es una abundante fuente de betacarotenos, un pigmento que contiene vitamina A y colabora con la salud de los ojos.
John Stolarczyk, un científico inglés que fundó el Museo Virtual de la Zanahoria, se encargó de derribar este mito: “Estos vegetales no mejoran la vista, sólo ayudan a tener más salud ocular”.
A su vez, Stolarczyk repasó que esta creencia puede haber surgido durante la Primera Guerra Mundial, cuando se decía que los pilotos de la Royal Air Force comían zanahorias para ver mejor, cuando en realidad estaban usando tecnología de última calidad a través de un radar.
Cinco segundos en el suelo
Esta famosa regla se aplica especialmente en los alimentos que caen al suelo. Todo aquel que tenga esperanza de comerlos debe levantarlos antes de que pasen cinco segundos. De lo contrario, las millones de familias de gérmenes que habitan el piso invadirán su presa y nos privarán de la posibilidad de rescatar la comida.
No obstante, la ciencia se encargó de terminar con esta creencia y la esperanza ya no es tal. Un grupo de expertos de la Universidad de Illinois realizó un seguimiento de diversas comidas que estaban en el suelo y notificó que había contaminación incluso antes de los cinco segundos. Desde Nueva Jersey, la Universidad Rutgers sumó otro enfoque: las bacterias se propagan inmediatamente en los alimentos que caen al piso.
De todas maneras, el científico inglés y profesor de la Universidad de Aston, Anthony Hilton, llevó tranquilidad: “Las probabilidades de enfermarse por comer un pedazo de comida del suelo son bajas”.
Beber más para curar la resaca
Las secuelas de una noche larga de copas suelen aparecer durante la mañana siguiente. Dolor de cabeza, mareos y diarrea son sólo algunos síntomas habituales. En ese sentido, un mito que circula por las calles es aquel que llama a seguir bebiendo para atenuar aquellos efectos indeseados.
El doctor Robert Swift, integrante del Centro Médico de Asuntos Veteranos en Rhode Island, Estados Unidos, aseguró que esta creencia tiene asidero ya que tomar más alcohol aumenta las endorfinas, unas hormonas que hacen las veces de analgésico natural.
Sin embargo, Swift no recomendó esta práctica ya que en algún momento la persona tendrá que dejar de beber y se enfrentará a una resaca mucho más extensa y dañina que aquella que buscaba combatir en primer término.