Consejos para combatir la ansiedad

Todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos visto afectados por los molestos síntomas de la ansiedad: inquietud, palpitaciones o una sensación total de falta de control. No se trata de otra cosa que de un estado emocional que aparece cuando sentimos que hay situaciones peligrosas o amenazantes, de cualquier tipo. Por supuesto, existen muchas medidas para matizar su presencia. Tomá nota de ellas y ¡despreocupate!

Movete
Combatí los temores con el cuerpo: calzate las zapatillas y salí a correr. Cualquier actividad física te ayudará, porque contribuirá a tonificar el cuerpo y a evitar la rigidez del sistema nervioso. Además, el cansancio te ayudará a dormir y a reducir el ritmo del martilleo mental. ¡Apagá tu cabeza con un poco de gimnasia!

Orden
El desorden en las actividades diarias aumenta la posibilidad de estrés y, por tanto, de sufrir ansiedad. Así que despedite de los horarios irregulares y empezá a organizar tus actividades. ¡Ah! Y no postergues las tareas que hayas planificado, pues eso podría ser un nuevo motivo de desasosiego.

Relax
Existen múltiples técnicas de relajación que te ayudarán a eliminar la ansiedad sin necesidad de recurrir a los fármacos. Los ejercicios de respiración resultan especialmente útiles, y también actividades como el tai-chi o el yoga. No lo dudes: averiguá ya dónde está el centro más cercano para practicarlos y descubrirás muy rápidamente sus beneficios (¡también hay videos en Internet!).

Cambia el chip
En realidad, es la mente quien provoca la ansiedad a través de pensamientos angustiantes. Sé consciente de ello y evitá las ideas rígidas, perfeccionistas e intentá preocuparte menos por el mañana. Aceptá que la vida es cambiante, que los errores son a veces inevitables, y confiá en tu capacidad para hacer frente a cada situación.

Más despacio
Si la prisa es uno de los aliados de la ansiedad, el ritmo tranquilo es uno de sus grandes enemigos. Por eso te recomendamos que bajes la velocidad de tus actividades y que te tomes el tiempo necesario para realizar las actividades cotidianas. Más lento, como dice el refrán, se llega más lejos.

Lo que quiero
Uno de los mejores antídotos contra la ansiedad es hacer lo que uno quiere. Así de sencillo. Reservate una horita al día para lo que más te guste (poné fin a las obligaciones) y harás que tu cerebro despierte. Segregará sustancias que no sólo te harán sentir mejor, sino también más relajada. ¿Ya sabés cómo vas a ocupar ese tiempo?

No, no, no
¿Sin darte cuenta tenés el día plagado de actividades y compromisos? Aprendé a decir que no y elegí con más cuidado con qué actividades queres llenar tu vida. Uno de los secretos es jerarquizar (¿qué es lo más importante?) y desechar todo aquello por lo que no merece gastar tanto esfuerzo.

Con las manos
Las actividades manuales son muy convenientes en caso de que tu cabeza sea el principal problema (en otras ocasiones el estrés viene originado por el cuerpo, y entonces lo mejor será descansar sin limitaciones). Pintar, cantar o hacer bricolaje son algunos ejemplos de cómo disfrutar del presente a través de cosas sencillas.

No olvides, además, los buenos hábitos, como dormir o comer bien, que son la fuente de todo bienestar. Y tomate también el tiempo para identificar las causas del estrés: será mucho más fácil dominar las situaciones que te generan tensión. ¡Poné manos a la obra y decile adiós a la ansiedad!

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