Cómo mejorar tus mañanas en sólo 10 minutos

Según estudios, el 25% de las personas revisan su celular dentro del primer minuto luego de despertarse. ¿Sos uno de ellos? Más del 50% de las personas se acercan a sus mensajes dentro de los primeros diez minutos. 

Lo que pocos saben es que cuando despertás y revisás tu celular de inmediato, lo que haces es algo así como invitar a 100 personas a la cama de tu mente.

Ahora, tu mente que recién está arrancando tras una buena noche de sueño, está preocupada por todo lo que deberías haber hecho, lo que tenés que hacer este día, tratando de dividir su atención entre e-mails, notificaciones, noticias. Y de repente, lo que debería haber comenzado con tranquilidad se vuelve un despertar con mucha preocupación.

Estos son los cuatro ejes de las distracciones: Noticias, notificaciones, negatividad y ruido.
Ahora, si tuviste una noche de buen sueño, es como si arrancaras el día en cero. Cuando empezás el día con noticias, negatividad, notificaciones y ruido, ahora estás en un menos 4 y a partir de allí tenés que arrastraste a lo largo del día. 

En esta nota te enseñaremos cuatro hábitos para tener la rutina de la mañana perfecta.

El primer hábito de la mañana es la gratitud. Muchos de nosotros hemos escuchado sobre la gratitud tantas veces en nuestra vida, que a menudo lo sentimos como un cliché o como un slogan vacío para un posteo en redes sociales. Simplemente es una palabra que ha sido mal utilizada y desgastada a lo largo de estos últimos años. Sin embargo, es cierto que si estás presente en la gratitud, tu mente no puede estar en ningún otro lugar.

Estudios muestran que si tenés un pensamiento de agradecimiento, no es posible tener pensamiento lleno de preocupación al mismo tiempo. Si estás sintiendo agradecimiento no podés estar sintiendo ansiedad al mismo tiempo, simplemente porque ambas sensaciones no pueden compartir espacio en tu mente simultáneamente. 

Pero para que la gratitud funcione de ese modo, requiere una aproximación específica.

De lo que se trata no es de eliminar el celular de nuestra primer hora del día, sino de prestar atención a lo que hacemos con él. Por ejemplo, en vez de ver las noticias y revisar las notificaciones inmediatamente, podemos enviarle un mensaje a un amigo demostrandole gratitud y cariño por alguna cuestión. 

Muchas personas llevan adelante una especie de diario de gratitud, cuadernos en donde anotan a diario por qué se sienten agradecidos ese día. Y esto es realmente una buena idea, el problema es que queda sólo en papel, esa gratitud nunca se compartió y puede no ser específico o personal. Para que la gratitud tenga su impacto, debe ser expresada en forma específica y personal.

Antes de abrir tu email o redes sociales, enviá un mensaje de este tipo a un amigo o un número de familia. Durante los próximos siete días, hacé eso, compartí lo agradecido que sos, cuánto los valorás y verás cómo cambia tu vida. 

El segundo hábito es la inspiración.

Lo fascinante de los humanos es que cuando nos falta algo en nuestro refrigerador, solo vamos a comprarlo. Si nos hace falta leche, compramos leche, si  nos hace falta  pan, compramos pan. Pero si nos hace falta inspiración, no comprendemos que podemos salir a la calle, encontrarla y construirla. A veces decimos «estoy desmotivado, estoy atrapado, no sé dónde voy», pero no sabemos cómo salir de esa situación. 

Nos volvemos como un coche sin gasolina, pero lo bueno es que solo tenemos que recargarnos de nuevo. Y es muy importante que nos recarguemos con inspiración al principio del día. Ya sea una caminata consciente, o escuchar el discurso de Steves Jobs en la universidad de Stanford, tenemos a mano muchas maneras de inspirarnos.

Debés preguntarte, ¿qué es ese texto o ese discurso capaz de inspirarte en la mañana? ¿Es un podcast? ¿Es una meditación? ¿Es tu libro favorito? ¿Es un parágrafo que lees cada día? Debés encontrar un cuento, un pensamiento, una idea que te resetee y te de la energía necesaria para arrancar la mañana. 

El tercer hábito para tu rutina de mañana es la meditación. Existen un montón de técnicas maravillosas de meditación y hoy en día contamos con muchísimas meditaciones guiadas en internet. Lo que podés hacer es dedicarle cinco minutos al despertar y antes de dormir simplemente a prestar atención a tu respiración o a seguir alguna de estas meditaciones guiadas. La meditación es un momento de encuentro con uno mismo. Todos los días tanteamos cómo están nuestros amigos y familiares. Pero nunca lo hacemos con nosotros mismos.

La meditación es esa reunión con vos mismo. En el mañana, preguntate, ¿qué es lo único que necesito hacer hoy por mí mismo? Y al final de tu día, preguntate, ¿cómo se sintió hacer eso que necesitaba hacer por mí hoy? Esos cinco minutos al inicio y al final del día te permite empezar a escuchar y atender tus propios pensamientos y tus necesidades, por ello es una práctica tan importante.

Y el último paso es el ejercicio. Y para que mejore nuestras mañanas necesita ser dos cosas. Necesita ser competitivo y necesita ser colaborativo. Los humanos hacemos mejor las cosas cuando éstas son gratificadas y en comunidad. No importa si es un ejercicio en grupo, o si es un amigo con quien caminás todos los días. La idea es hacerlo a diario durante tus mañanas para afrontar de otra manera el resto de tu día.

Haciendo estas cuatro cosas, verás como cambia tu mente al cambiar las noticias por inspiración, las notificaciones por cinco minutos de meditación y todo el ruido por ejercicio. Y cuando lo hagas, podrás pasar tu mañana en un modo mucho más optimista, saludable y efectiva.