Tener un perro durante la infancia ayuda a bajar la ansiedad

Un estudio publicado en la revista Preventing Chronic Disease encontró que tener a un perro como mascota reduce las probabilidades durante la infancia de desarrollar ansiedad.

A lo largo de 18 meses, un equipo de investigadores del Centro Médico de Basset, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Oklahoma y la Escuela de Medicina de Dartmouth analizaron 643 niños de una zona rural del norte de Nueva York.

Antes del estudio, los padres completaron un cuestionario integral con datos que incluyeron el índice de la masa corporal del niño, la salud física y mental y si poseían o no mascotas, entre otros.

A su vez, los investigadores tuvieron en cuenta el estado de salud mental de los adultos, ya que este podía afectar la evaluación con respecto a sus propios hijos.

Mientras que el índice de masa corporal, la actividad física o el tiempo que miraban televisión, por ejemplo, no difirió entre los niños con o sin perros, el 21% de los niños sin perros llegó a lo que se denomina «umbral clínico» de la ansiedad y otros trastornos relacionados. En cambio, solo el 12% de los chicos con perros alcanzó el umbral.

«Los perros podrían reducir la ansiedad infantil, en particular la ansiedad social y la separación, por diversos mecanismos», explicó la científica Peggy Nepps, líder del proyecto.

Según los especialistas, un perro mascota puede estimular la conversación con los niños, ya que tienen un efecto para romper el hielo y así ayuda a disminuir la ansiedad social. Dos personas que aman y tienen una mascota en la casa tienen algo de inmediato que los une.

«Si la exposición a los perros durante la infancia está inversamente relacionada con problemas de salud mental, las interacciones positivas durante la infancia podrían prevenir la evolución de estos trastornos durante la adolescencia o en la edad adulta», finalizó Nepps.

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