Talla de un hombre sujetándose el pene es la representación narrativa más antigua del mundo
Una talla de 11.000 años de antigüedad de un hombre sujetándose los genitales puede revelar información sin precedentes sobre las antiguas comunidades del Neolítico.
Arqueólogos han descubierto un relieve tallado en roca en el sureste de Turquía, de 11.000 años de antigüedad, en el que aparecen animales amenazadores y dos hombres, uno de los cuales sostiene sus genitales. Según un nuevo estudio publicado en el último número de la revista especializada Antiquity, esta es la escena narrativa más antigua de la que se tiene constancia.
El panel tallado, con una altura aproximada de 0,7 a 0,9 metros y una longitud de 3,7 metros, denominado relieves de Sayburç, fue descubierta en Turquía en 2021 durante la excavación de los restos de una estructura comunal neolítica.
Según el arqueólogo Eylem Özdoğan, autor único del estudio, la pieza, en la que se ve que se acentuó en las criaturas salvajes sus partes peligrosas y puntiagudas, como los dientes de los leopardos y los cuernos de los toros, puede revelar información sin precedentes sobre las antiguas comunidades que habitaron la región.
En concreto, el relieve tallado en la roca muestra dos leopardos, un toro y dos hombres, uno agarrando su falo, representado con una cara redonda, orejas prominentes, ojos saltones y labios grandes, y el otro un cascabel o serpiente.
Historia progresiva
Mientras que la narrativa está implícita en obras de arte más antiguas –como la pintura de cerdos de 45.000 años de antigüedad hallada en una cueva indonesia en 2020–, el panel de Sayburç recién descubierto parece contar una historia progresiva; sus escenas se relacionan entre sí, como las celdas de una tira de película.
«Estas figuras, grabadas juntas para representar una narración, son los primeros ejemplos conocidos de una escena holística de este tipo», declaró en un comunicado Eylem Özdoğan, autor del trabajo y arqueólogo de la Universidad de Estambul, según cita Art News. «Era una imagen de las historias que formaban la ideología de la gente de aquella época».
Transmitir masculinidad
Özdoğan explicó a Live Science que «en lugares como Göbekli Tepe y Sayburç, existe un mundo masculino y sus reflejos: animales depredadores masculinos, falos y representaciones masculinas. Las de Sayburç se diferencian en que se representan juntas para formar una escena».
Según recoge el medio científico, Jens Notroff, arqueólogo neolítico del Instituto Arqueológico Alemán, que no participó en esta investigación, está de acuerdo en que la obra de arte pretendía transmitir masculinidad.
«La yuxtaposición de demostrar vitalidad y virilidad –la presentación del falo– por un lado y peligro mortal –depredadores gruñendo con los dientes enseñados– por el otro parece particularmente notable aquí», dijo a Live Science.
Neolítico, la Nueva Edad de Piedra
El relieve data del Neolítico, también conocido como la Nueva Edad de Piedra, una época en la que los humanos pasaron de una vida migratoria de cazadores y recolectores a un estilo de vida más sedentario que incluía la agricultura y la domesticación de animales.
Con esta transición se produjo una evolución en la forma en que los humanos veían su lugar en el planeta, y la talla de Sayburç lo simboliza.
«En las tradiciones orales, las historias, los rituales y los elementos simbólicos fuertes forman la base de las ideologías que dan forma a la sociedad más allá de la espiritualidad», explica Özdoğan en el estudio.
«Los relieves de Sayburç, por tanto, pueden verse bajo una luz similar: el reflejo de una memoria colectiva que mantuvo vivos los valores de su comunidad».