¿Querés cambiar el mundo? Empezá por casa

Nos pasa todos los días. Salimos a la calle, leemos las noticias, charlamos con nuestros amigos, y nos invade la sensación de que este mundo cada vez es más violento, doloroso, egoísta e injusto. ¿Pero por qué nos quedamos en la mera queja cuando en realidad nosotros también formamos parte de ese mundo?

En el 2000, una película nos movió la estantería a muchos. Se llamaba «Pay it foward» («Cadena de favores») y en ella un niño imaginaba un curioso sistema para mejorar el mundo: se trataba simplemente de hacer favores desinteresadamente. La idea era formar una cadena de favores en la cual una persona le hacía un gran favor a 3 personas y éstas a su vez le pagarían este favor a otras 3 personas y así indefinidamente.

El planteo central de la película es que este mundo que muchas veces nos decepciona o nos lastima es algo que construimos todos y cada uno de nosotros. Y que el cambio sólo es posible si nosotros también cambiamos. Entonces, ¿qué esperás para comenzar?

1. Tenés una capacidad ilimitada de dar: Sin embargo, muchas personas no reconocen esta capacidad. Temen que no tener lo necesario o que lo que den no sea suficiente como para cambiar la vida de nadie.

2. Podés comenzar realizando actos de bondad al azar: Dejando tu lugar a alguien en una fila, cediendo el paso a otro conductor, participando en causas solidarias, brindando tu tiempo para acompañar a algún enfermo o a un anciano… Las posibilidades son ilimitadas y todas se colocan en tu camino a lo largo del día. Sólo es cuestión de tomarlas.

3. Ser un héroe no requiere actos grandes: Con un acto que para vos pueda ser insignificante podés cambiarle la vida a alguien. Podés alcanzar la grandeza a través de un simple y desinteresado acto de bondad. Se trata de que reconozcas el valor que una palabra amable, un simple gracias, o realmente escuchar cuando le preguntás a alguien cómo fue su día. Cambiando el día de una persona para mejor ya estás cambiando el mundo.

4. Doná: Existen miles de organismos destinados a ayudar en todo el mundo. Si te tomás el tiempo de informarte sobre lo que necesitan de vos, verás que no piden cientos de dólares. Aún cuando dones tu tiempo, los conocimientos que te ha dado tu profesión o sólo diez pesos, tu ayuda es mucho más valiosa y necesaria de lo que imaginás.

Como verás, no hay excusas. No ganás nada quejándote desde la comodidad de tu hogar. ¿Querés vivir en un mundo mejor? Entonces empezá a construirlo.

Deja un comentario