Qué es la meditación tonglen y cómo te puede ayudar

La meditación tonglen, que tiene su origen en el budismo tibetano, apuesta por enfrentarse al sufrimiento a través de inhalaciones y exhalaciones conscientes. Te explicamos por qué nos puede ayudar en la crisis actual.

Una de las meditaciones más practicadas en el budismo tibetano es la práctica de tonglen (literalmente, significa «enviar y tomar»). La práctica es parte constitutiva de lo que hace a un bodhisattva en el budismo mahayana y enseña «a desarrollar una actitud psicológica de intercambiarse por los otros», este es el heroico orgullo del sendero del bodhisattva, en el que se asume tomar el dolor y el sufrimiento de los demás para purificarlo en el interior y reenviarlo como luz y felicidad. Esto es posible –y no como un mero sacrificio– porque el bodhisattva ha descubierto su propia insustancialidad, esta libre de apego a un ego y aferramiento a los objetos.

Es difícil saber si una meditación en la que una persona envía a través de su imaginación bienestar y compasión realmente puede afectar a otra persona, si existe una transmisión de energía psíquica o algo similar. Esto no compete resolverse aquí, pero lo que es indudable es que la persona que realiza la meditación se siente mejor y esto es una forma de ayudar a los demás (además de que al sostener como objeto de su meditación a ciertas personas, puede conectar de manera profunda y amorosa con la propia noción que tiene de ellas).

El Dalái Lama explica: «Ya sea que esta meditación realmente ayude a los demás o no, de cualquier manera me da paz mental. Así puedo ser más efectivo, entonces el beneficio es enorme». 

Alan Wallace intuye una forma en la cual de hecho el tonglen puede realmente ayudar a los demás. Se dice en el budismo que la naturaleza de la mente es esencialmente una luminosidad que tiene la capacidad de conocer, y es esta luminosidad la que hace manifiesto el mundo de los fenómeno o apariencias; igualmente esta luminosidad es la fuente de la imaginación, de la imaginación de lo posible, de los mundos futuros y de los estados que viviremos. La luminosidad es lo que será lo actual. Entonces podríamos pensar que, ya que están hechos de la misma sustancia (los fenómenos que experimentamos y nuestra visualización), quizás no es descabellado creer que existe una conexión, un diálogo, una afectación que se establece meditando con la luminosidad de la compasión.

Cómo practicarla: Paso a paso

Lo primero que debemos hacer es relajar la mente, normalmente con la ayuda del sonido de un gong

En segundo lugar, encontraremos una coordinación entre la inhalación (sensación de calor y asfixia) y la exhalación (sensación de frescura y calma)

El próximo paso, el tercero, es pensar en una situación personal especialmente dolorosa.

Por último, el practicante selecciona a otra persona que esté sufriendo, a quien se quiera ayudar. Uno entonces utiliza la inhalación y la exhalación como medios contemplativos: en la inhalación se visualiza el sufrimiento del otro que llega a uno; y en la exhalación uno visualiza toda la bondad que uno posee saliendo para aliviar al otro… esta práctica disuelve la aparente dualidad del sí mismo y del otro, y la resistencia que todos sentimos de tomar el estado de otra persona verdaderamente en nuestro corazón…

Lo que tenemos aquí es una mezcla del método (la compasión) con la sabiduría (la vacuidad) y de hecho una práctica, aunque muy sencilla y establecida en el mahayana, que tiene cierta dimensión tántrica, y la cual es excelente para cultivar el samadhi.

Todas las prácticas del mahayana mezlcan continuamente la sabiduría y la compasión. La sabiduría deshace la solidez de nuestra rígida versión conceptual de nosotros mismos y de los demás; la compasión es el flujo apropiado, natural e inteligente de este proceso de deshacer la solidez. Una vez que uno deja de sentirse como separado de los demás, es natural sentir simpatía por el sufrimiento de los demás y un deseo de ayudarlos.

Se recomienda primero entrar en un estado meditativo; puede hacerse esto contando la respiración o atendiendo a las sensaciones de la respiración por un rato y luego iniciar el tonglen, idealmente primero con una persona a la que le tengamos afecto, para que la práctica sea sincera y podamos producir la sustancia mental de la compasión (karuna, en sánscrito; thugs rje, en tibetano), la cual es una especie de energía o resonancia universal, según el budismo tibetano. Una vez que hemos hecho surgir el estado genuino de compasión podemos aplicarlo a todas las personas, incluso a las que hemos considerado como nuestros enemigos y al mundo en general.

La monja budista Tenzin Palmo da las siguientes instrucciones en este video.

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