Por qué mantener tus metas en secreto es la mejor manera de tener éxito

Durante años, los expertos han pensado que verbalizar nuestras metas es beneficioso. Sostenían que con ello hacemos que nuestros sueños sean más concretos, como si automáticamente contando un proyecto dieras el primer paso en el camino para su realización.

Pues resulta que sorpresivamente han estado equivocados. Los psicólogos han descubierto que, al contarle a alguien tus metas, estás realmente disminuyendo tus probabilidades de lograrlas.

Aseguran que verbalizar tus objetivos, provoca el efecto de hacerte creer que has dado un gran paso hacia adelante. Por desgracia, este sentimiento —llamado «realidad social» por los psicólogos— es justamente eso: sólo un sentimiento. Te da la falsa sensación de que es el inicio de tu proyecto cuando en la realidad aún no has concretado nada.

Contando en voz alta su meta, lo que hacés es ampliar la brecha entre lo que pensás lograr y lo que estás logrando realmente, desligando tu objetivo de tus acciones.

Por otro lado, al mantener tus metas en secreto, también mantenés ese sentido de urgencia y concentración que te permite seguir avanzando. Sentís que todavía hay mucho trabajo por hacer, lo que aumenta tu autodisciplina y tu control.

Pero si sólo te limitás a mantener las cosas en secreto, hacer planes, crear listas de tareas pendientes y ponerte acción, tu «realidad social» es exactamente la misma que el lugar en donde estás parado.

Por otro lado, contarle a otros tus metas también puede disipar la energía que necesitás para realizarlas, así como colocarte en una posición de desventaja frente a aquellos que quieran hacerte daño en tu proyecto.

Tené esto en mente la próxima vez que sientas la urgencia de contar esa emocionante nueva idea que se te acaba de ocurrir. Salvo, por supuesto, que desees compartirla con un futuro socio en tu emprendimiento.

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