Los grandes beneficios que puede traerte el pararte en un solo pie

¿Querés hacer algo que puede reducir tu riesgo de lesión, mejorar tu postura y tu calidad de vida? Tomá un cronómetro y parate en un pie durante 30 segundos. Luego, hacé lo mismo con la otra pierna.

Esa es una manera sencilla de mejorar tu equilibrio. Y un mejor equilibrio significa una mejor postura y menos lesiones por caídas, que según la Organización Mundial de la Salud, es la principal causa de muertes accidentales en todo el mundo, después de los accidentes automovilísticos.

Nuestro equilibrio es mucho peor de lo que solía ser. Antes pasábamos gran parte del día moviéndonos, ahora, muchos nos sentamos a mirar pantallas. Este estilo de vida más sedentario afecta nuestras habilidades de equilibrio y tiene un costo.

La buena noticia es que hay cosas que puedes hacer para mejorarlo, como pararte sobre un solo pie, que, según estudios, beneficia a tu cuerpo y cerebro.

Toda una proeza

El equilibrio es una increíble hazaña. Ser capaces de caminar erguidos o hacer algo más complejo como correr o saltar implica que tu cerebro realice una notable de coordinación.

Integra señales provenientes del líquido en tus oídos internos, señales visuales de los ojos e incluso retroalimentación de articulaciones y músculos, que le dicen dónde está tu cuerpo en el espacio.

El equilibrio es lo que te permite moverte con confianza por el mundo y hasta te permite hacer cosas diferentes sin pensar, como correr mientras impides que te quiten la pelota de baloncesto.

«Desafortunadamente, comenzamos a perder nuestra capacidad de mantenernos erguidos desde aproximadamente la edad de 35-40, y de hecho, a veces, antes de eso», le dice a la BBC Dawn Skelton, fisióloga del ejercicio en la Universidad Caledoniana de Glasgow, Escocia.

Balanceado

A medida que envejecemos, nuestros músculos tienden a debilitarse y nuestros cerebros no son tan buenos como solían ser integrando esas señales sensoriales para hacer sin esfuerzo esos pequeños ajustes que hacen posible el equilibrio.

Las estructuras de equilibrio, la cantidad de células ciliadas disminuyen e incluso la cantidad de flujo sanguíneo que ingresa a tu oído interno comienza a cambiar.

Perder esa habilidad no sólo puede resultar en caídas, con consecuencias graves, sino que también nos puede hacer sentir inseguros.

«El miedo a caerte lleva al miedo a moverte y eso puede aislarte socialmente, lo que no es bueno para la salud mental», explica la fisióloga. Y si piensas que aún te falta mucho para tener que empezar a preocuparte por este asunto…

«Con cada generación somos un poco menos activos, aunque suena raro porque tenemos todas estas pautas de actividad física. Lo que pasa es que el equilibrio requiere que simplemente estés de pie e interactúes con tu entorno regularmente. Y, no importa qué edad tengas, cada vez pasamos mucho más tiempo con nuestras pantallas.

«Se están empezando a ver pruebas de que el equilibrio está empeorando un poco con cada generación», señala Skelton.

Pero hay cosas que puedes hacer para superar ese inevitable declive, pues nunca es demasiado tarde para cambiar y puedes recuperar tu equilibrio rápidamente.

¿Cómo? Desafiándolo.

Todo tiene que ver con introducir breves momentos de inestabilidad en tu vida cotidiana, ya sea practicando actividades que reten tu sistema de equilibrio, como Tai Chi, o, sencillamente, parándote en un pie.

Acoje el bamboleo

El sistema de equilibrio de nuestro cerebro tiene una capacidad increíble para compensar mediante la creación de nuevas conexiones nerviosas.

Es la plasticidad de nuestro cerebro lo que nos permite mantenernos erguidos y nos da el potencial para seguir mejorando nuestro equilibrio incluso si sentimos que hemos sucumbido a una vida de inevitables tropiezos.

El truco consiste en seguir tambaleándose. Cada vez que practicas la postura sobre un pie, es una oportunidad para recalibrar tu cerebro, formando nuevas conexiones y fortaleciendo la coordinación entre oídos, ojos, articulaciones y músculos.

Los sensores en todas nuestras articulaciones y músculos siguen enviando retroalimentación al cerebro para que pueda aprender la mejor manera de mantenerte erguido.

Si lo intentas, descubrirás que tu equilibrio puede mejorar sorprendentemente rápido. Y eso puede tener un gran impacto en tu vida.

No sólo refuerza el núcleo, la postura y la coordinación, sino que probablemente caminarás erguido en lugar de encorvado, lo que te hará parecer más joven y también podría mejorar tu estado de ánimo.

Así que si quieres matenerte activo hasta la vejez, es buena idea afinar tu equilibrio.

Levántate

Ejercitar el equilibrio también es muy bueno para desarrollar la fuerza central y la alineación del cuerpo.

Si estás trabajando en casa, es una excelente manera de romper el día sedentario y ayudar a corregir cualquier desequilibrio postural que pueda surgir simplemente por estar sentado.

Se ha demostrado que simplemente ponerse de pie tiene un impacto profundo en su salud física. Si lo complementas con algunos ejercicios de equilibrio, obtendrás el doble de beneficios.

¿Lograste mantenerte parado en un pie sin problema? Ahora, cierra los ojos.

Las señales de los ojos juegan un papel importante en el mantenimiento del equilibrio, lo que ayuda a explicar por qué pararse sobre una pierna es mucho más difícil si cierras los ojos.

¡Si logras no caerte por 10 segundos con los ojos cerrados, lo estás haciendo muy bien!

La profesora Dawn Skelton ha demostrado que, con la práctica, puedes alcanzar un minuto entero en una pierna con los ojos cerrados.

Y una vez hayas dominado la postura de una pierna, puedes seguir afinando tu equilibrio haciendo caminatas en tándem, en las que practicas caminar como si estuvieras en la cuerda floja, poniendo un pie delante de otro siguiendo una línea recta y tocando con la puntera de un pie el talón del otro.

«Caminar en reversa también es un muy buen desafío de equilibrio -dice Skelton, pero advierte: «ten cuidado porque no sabes lo que hay detrás de ti, y si tienes que girar la cabeza constantemente, puedes marearte pues tus sistemas vestibulares están trabajando en exceso».

Pararte sobre una pierna es algo sencillo que se adapta a tu rutina diaria. Puedes hacerlo mientras te cepillas los dientes o miras televisión, y es algo que realmente podría marcar una gran diferencia en tu vida a medida que envejeces.

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