Las batallas por el aire acondicionado y sus efectos en la productividad de las mujeres
Es una verdad universalmente reconocida —o por lo menos, ampliamente discutida en redes sociales— que una mujer que trabaja en una oficina necesita un suéter.
El aire acondicionado de las oficinas a menudo se fija a una temperatura que las mujeres consideran como fría; al debate que provoca se le conoce como la Batalla del Termostato. Un estudio incluso indica que debido a que las mujeres tienen un metabolismo más lento, la fórmula para fijar la temperatura en los lugares de trabajo, que fue desarrollada hace décadas a partir de la comodidad de los hombres, podría sobreestimar la producción de calor del cuerpo femenino en un 35 por ciento.
No obstante, una pregunta que no ha sido hecha con mucha frecuencia es si la temperatura afecta la productividad de los hombres y de las mujeres de manera diferente. En un estudio publicado el 22 de mayo en la revista PLOS One, investigadores informaron que a temperaturas más frías, los hombres obtenían mejores puntuaciones que las mujeres en evaluaciones verbales y de aritmética. Sin embargo, a medida que la habitación se volvía más cálida, las puntuaciones de las mujeres se elevaban significativamente. Los hallazgos requieren mayor confirmación en una variedad de condiciones, pero aportan a una reconsideración científica de los espacios en los que trabajamos y estudiamos, que en ocasiones han sido diseñados con un conjunto limitado de requerimientos físicos en mente.
Los investigadores solicitaron a más de quinientos estudiantes universitarios que se sometieran a evaluaciones durante una hora en habitaciones con temperaturas que oscilaban de los 16 a los 32 grados Celsius. Los estudiantes realizaron tantos problemas aritméticos simples (sin la ayuda de una calculadora) como les fuera posible, y debían reacomodar un conjunto de letras para formar tantas palabras como pudieran, con un límite de tiempo. También se les pidió que resolvieran una serie de problemas de lógica engañosos.
La temperatura no tuvo efecto en las puntuaciones cuando fueron consideradas en grupo. Sin embargo, cuando los investigadores separaron los datos entre sujetos masculinos y femeninos, surgió un patrón evidente. Las puntuaciones en los problemas lógicos no variaron a medida que las temperaturas cambiaron, pero sí lo hicieron las de las evaluaciones verbales y aritméticas.
“Si las temperaturas están frías, los hombres son mucho mejores que las mujeres”, dijo Agne Kajackaite, una investigadora de economía del comportamiento en el Centro de Sociología WZB Berlín en Alemania, y una de los autores del estudio. “Así que existe esta brecha de géneros”.
Kajackaite agregó: “Sin embargo, cuando la temperatura se eleva, la brecha de género desaparece” en la prueba de aritmética y las mujeres superan a los hombres en la evaluación verbal.
Por cada incremento de un grado Celsius, los puntajes en aritmética de las mujeres aumentaron un 1,76 por ciento. Esa diferencia puede parecer pequeña, pero se suma.
“Cuando la temperatura se encontraba por debajo de los 21 grados Celsius, las mujeres resolvieron, en promedio, 8,31 ejercicios aritméticos correctamente”, dijo Kajackaite. “Y cuando la temperatura estaba por encima de los 27 grados Celsius, las mujeres resolvieron 10,56”.
Agregó: “Eso representa un desempeño femenino que aumentó en un 27 por ciento”.
¿Los hallazgos significan que existe una temperatura ideal en la que las habilidades de los hombres y las mujeres están más o menos al mismo nivel? Esa es una especulación demasiado grande para un estudio que expuso a las personas a esas temperaturas durante solo una hora, dijo Kajackaite.
“No tienes mucho tiempo para sentirte molesto”, dijo ella.
Estamos en nuestros lugares de trabajo o salones de clase durante periodos más largos que ese y los resultados pueden ser diferentes durante el transcurso de varias horas o una jornada completa, una pregunta que estudios futuros deben abordar.
Los investigadores no notaron un detalle interesante en los resultados de aritmética. A medida que la temperatura se elevó, los puntajes de las mujeres aumentaron, no solo porque su porcentaje mejoró, sino porque incrementaron el número de problemas que estaban resolviendo. ¿A qué se debería eso?
“Las mujeres se sienten mejor cuando las temperaturas son más cálidas, así que pueden hacer un mayor esfuerzo”, especuló Kajackaite. “En un buen día, intentarás más cosas. En un mal día, intentarás menos”.