Eliot Ness: el intocable que persiguió a Al Capone y llegó a ser una de las leyendas de EEUU

En la década del 30 llegó a ser una de las personalidades más reconocidas de los Estados Unidos. Pasó a la historia como el hombre que llevó a la cárcel al mafioso más conocido de su país. Cómo fue que organizó al grupo que defendió a capa y espada la Ley Seca

Un 19 de abril de 1903, nacía en el barrio Kensington de Chicago, Eliot Ness, una de las leyendas de carne y hueso más conocidas de la historia norteamericana. Era el menor de cinco hermanos de padres noruegos, que se ganaban la vida como panaderos. Simpatizante republicano, estudió negocios y derecho en la Universidad de Chicago, graduándose en 1925, y realizó una maestría en criminología.

Alentado por su cuñado que trabajaba en el FBI, en 1927 entró al Departamento del Tesoro y fue empleado en la Oficina de Prohibición de Chicago.

El 17 de enero de 1920 se había puesto en vigencia la Ley Seca, establecida por la Enmienda XVIII de la constitución de Estados Unidos. El grado de alcoholismo en la población preocupó a las autoridades y a los legisladores, más aún cuando en 1913 una golpiza de un inmigrante borracho a su esposa embarazada, dio a luz a una criatura deforme. El niño fue abandonado por la madre y llevado a un orfanato. El caso fue el detonante para que muchas mujeres se animasen a denunciar que sus maridos se emborrachaban y se gastaban el dinero en bebidas.

Quizás el comentario que Ness oyó un día a su padre: «Esta ciudad, hijo, tiene tres millones de habitantes y medio millón de autos, tiene de todo y absolutamente todo está en manos de la mafia«, cuando vivía en un suburbio de Detroit, marcó al joven, a quien nunca se le borró de la memoria. Gracias a la ayuda de su cuñado, Alexander Jamie, el cual dejó la policía para convertirse en jefe de investigación de los llamados «Los seis ocultos» (cuyo nombre oficial era Comité cívico para la prevención y el castigo del crimen), un grupo especial de la Asociación de Comercio de Chicago, Ness consiguió un puesto como agente en la Oficina de Prohibición, donde se dio cuenta de que trabajaba para hombres corruptos. En aquella época, en Chicago, no se producían condenas por violar la Prohibición, y no había en todo el país una ciudad donde se violara con tanto descaro la ley.

La “Prohibición” también conocida como «Ley Seca» fue una controvertida medida por la que se prohibía la fabricación, transporte, importación, exportación y venta de alcohol en casi todo el territorio estadounidense. Pero aquella ley acabó provocando la proliferación de mercados negros de venta ilegal de alcohol y un incremento del dinero negro destinado a la compra de bebidas alcohólicas en los estados que sí estaba permitido.

LA CORRUPCIÓN DE AL CAPONE

En 1928, Al Capone había ingresado casi 120 millones de dólares de los que 75 procedían del negocio ilegal del alcohol. El mafioso tenía por aquel entonces veinte cervecerías operativas trabajando los 365 días del año. Además de vender cerveza, Capone también se encargaba de la distribución de ginebra, whisky y otros licores. Del millón de dólares a la semana que se estima ganaba Capone con sus «negocios», se calcula que 125 millones al año se destinaban a sobornos.

Ness comprendió rápidamente que Capone debía de tener en nómina, además de a políticos, jueces y mandos policiales, a simples policías de a pie que, necesariamente, hacían la «vista gorda». Ness propuso la idea de crear un grupo de investigadores que estuvieran absolutamente «limpios» y «autorizados», incluso procedentes de otras ciudades, para poner fin a esos negocios ilícitos. Ness pretendía que los ingresos de Capone se redujeran hasta el punto de que no pudiera destinar ni un solo dólar a los sobornos, y así, al final, su imperio acabaría derrumbándose.

Eliot Ness junto al capitán Arthur Roth de la policía de Cleveland en 1940.
Foto: CordonPress

«LOS INTOCABLES»

Apoyado por su cuñado y por «Los seis ocultos», el plan fue aceptado por el procurador de los Estados Unidos, George E. Q. Johnson, comisionado elegido para acabar con Capone por el presidente Herbert Hoover.Johnson dio carta blanca a Ness para actuar libremente y sin supervisión, pudiendo elegir personalmente a su equipo. Tan sólo tendría que rendir cuentas ante él mismo y su ayudante, William J. Froelich.

El apelativo «Los intocables» surgió a raíz de una rueda de prensa convocada por el propio Ness para informar del intento de soborno a sus hombres y a él mismo por parte del mafioso. Evidentemente, la oferta fue rechazada y tras la rueda de prensa los periódicos publicaron lo siguiente: «Ness y sus jóvenes agentes han demostrado a Al Capone que son incorruptibles (untouchables, en inglés)». Reconocidos como tales, los «intocables» fueron diez, aunque en total llegaron a ser doce, si se incluye al chófer de confianza de Ness y, más tarde, a George Thomas, apodado «el muchacho», que actuó como agente doble infiltrado en la banda de Capone.

Capone pisó la cárcel en 1929, cuando Arthur Madden, un funcionario de Hacienda, ordenó revisar los millares de documentos contables de la organización dirigida por el mafioso. Tras ser reconocido cuando hacía un transbordo de trenes en Philadelphia, Capone fue detenido, juzgado, hallado culpable y sentenciado a un año de prisión. El 16 de Mayo de 1929, ingresó en la cárcel de Holmesburg, donde sólo cumplió diez meses por buen comportamiento. En octubre de 1931, Capone fue declarado culpable de evasión de impuestos y condenado a once años de prisión. En 1939, fue de nuevo puesto en libertad por buena conducta y con síntomas ya de demencia sifilítica.

VÍCTIMA DEL ALCOHOL

Además de su lucha contra el hampa de Chicago, Eliot Ness intervino también en otros casos, como la investigación del caso del asesino en serie conocido como el «asesino de los torsos de Cleveland». Desde 1934, y a lo largo de varios años, fueron apareciendo los cuerpos de una docena de hombres y mujeres decapitados y desmembrados en la zona de Cleveland, Ohio. A día de hoy aún se desconoce la identidad de ese asesino, que fue apodado como el Jack el destripador americano.

A los 31 años, una vez la Ley Seca fue abolida, Eliot Ness, el hombre que se hizo famoso por combatir el alcohol ilegal en Chicago, se tomó la primera de las muchísimas copas que se tomaría hasta el final de su vida, haciendo del alcohol, paradójicamente, su compañero de fatigas. Ness intentó emprender una carrera política, sin éxito. Los periódicos pronto olvidaron su imagen de héroe y su recuerdo se fue desvaneciendo entre la opinión pública. En 1942 sufrió un accidente de automóvil y fue detenido por conducir bajo los efectos del alcohol. Perdió la carrera por la alcaldía de Cleveland y la frustración agudizó su alcoholismo. Eliot Ness se casó tres veces y se divorció dos. Murió de un infarto a los 54 años, con la salud totalmente deteriorada por el consumo de alcohol. Sus cenizas, tras ser olvidadas en un garaje durante años, fueron esparcidas en 1997 en una laguna junto a un cementerio de Cleveland.

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