Consejos a la hora de adoptar a un segundo perro

Un perro puede ser considerado un miembro más de la familia, un protector o un compañero de juegos y deportes. Quien disfruta de tener un perro, puede tener aún más alegría si tiene dos. Además, eso de que «de a dos se está menos solo» no rige sólo para las personas, sino también para los perros.

Sin embargo, primero hay que encontrar al compañero adecuado. Por eso, antes de salir a buscar otro, es importante tener algunos puntos en claro:

Para la mayoría de los perros, contar con un compañero es enriquecedor, pero hay que tener en cuenta que tener dos perros no significa sólo doble alegría, sino también doble trabajo, tiempo y costos, tanto en comida como en veterinario. Además, cambia la organización de la rutina diaria, así como la de las vacaciones, ya que si bien los perros juegan entre ellos, también requieren la atención de su dueño.

Por eso, es importante que el amo sepa leer el lenguaje corporal de los animales. El animal alfa, es decir, el líder, tiene que seguir siendo el dueño, de modo de evitar malentendidos. Sólo se recomienda sumar un perro al hogar cuando los que ya viven en él fueron bien adiestrados.

En líneas generales, tener varios perros tiene muchas ventajas. El perro es un animal de manada que se siente mejor en grupo, por lo que los perros prefieren cuidar la casa de a dos antes que solos.

Sin embargo, para que todos los involucrados la pasen bien, es importante que los animales sean compatibles. Para ello es importante saber evaluar correctamente el carácter del perro. ¿Es enérgico o más bien tranquilo? ¿Es curioso con otros perros, o es más bien solitario?

También es importante la edad: si un perro de 12 años es enfrentado a la convivencia con un cachorro, lo más probable es que no disfrute demasiado de la experiencia. Si bien un cachorro puede ser enriquecedor para un perro más grande, lo más probable es que en algún momento el más viejo se canse o se estrese.

Esto también rige cuando los dueños de un perro enérgico llevan un cachorro a sus casas, aunque en ese caso, el estrés será sobre todo de las personas. La mayoría de la gente se olvida de las muchas travesuras que puede hacer un cachorro. Tampoco hay que creer que el perro más joven copiará sólo los mejores hábitos del perro más viejo.

Algunos veterinarios recomiendan que los perros tengan una diferencia de edad de alrededor de cuatro años, de modo que cada uno tenga su propia esfera vital. Esto también evita problemas con el rango de cada animal.

También debería prepararse bien el momento en que el perro antiguo y el nuevo se conocerán. Lo ideal es un lugar neutral para el primer encuentro, un sitio que no conozca siquiera el perro más antiguo. De este modo, los dos perros podrán acercarse de a poco y con cierta tranquilidad.

Una buena señal es que los perros se olfateen con atención, moviendo amigablemente la cola y que caminen juntos. Si se producen pequeñas rispideces, no son señal de alarma, ya que esa es la forma en la que los perros definen sus posiciones dentro de la manada. Así y todo, hay perros que no se caen bien. Y en ese caso, uno no debería forzarlos a una convivencia.

En cuanto al sexo del animal, lo más fácil es combinar un macho y una hembra, ya que compiten menos porque las posiciones en la manada están mejor definidas. El único problema es cuando la perra está en celo. En esos periodos, lo mejor es separar a los perros, dejándole, por ejemplo, uno de los perros a un amigo. Sin embargo, la mayoría de los veterinarios recomienda castrar a los animales.

De todas formas, también es posible tener dos perros del mismo sexo. Dos machos no suelen dar mayores problemas. Si bien tienen enfrentamientos llamativos cada tanto, suelen tener cuidado de no lastimarse mutuamente.

Con las hembras es distinto: sus peleas pueden ser mucho más fuertes. El riesgo es mayor cuando las perras tienen una edad similar. Sin embargo, los machos jóvenes pueden ser un desafío, sobre todo para los dueños.

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