Ciencia: Tu perro sabe cuándo mentís
El perro es un animal muy sociable, fiel y cariñoso que, además, demuestra tener una inteligencia emocional y social muy elevada. Diversos estudios han comprobado empíricamente que el mejor amigo del hombre es capaz de diferenciar y reconocer emociones como la alegría, la tristeza o el miedo, experimentar celos e incluso detectar ciertas enfermedades.
Otro interesante estudio, publicado en la revista Animal Cognition en el año 2015, demostró que los perros son capaces de percibir cuándo una persona no es digna de confianza y, además, en ese momento dejan de seguir sus señales.
Cualquier persona que haya convivido con un perro sabe que estos animales entienden perfectamente qué significa que un humano señale algo con la mano y, si el dueño señala la ubicación de una pelota, un palo o comida, el animal correrá inmediatamente a explorar en la dirección indicada. Este estudio dio un paso más y reveló que, además, los canes son muy rápidos a la hora de descubrir si los gestos humanos son engañosos y son capaces de modificar su conducta de manera flexible según la confianza que les transmita una persona en particular.
El trabajo fue llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Kyoto en Japón, con 34 perros que participaron en tres rondas de pruebas. En la primera ronda, el técnico señalaba a los animales un recipiente con comida. En la segunda ronda, sin embargo, el recipiente señalado estaba vacío. Cuando en la tercera ronda el investigador volvía a señalar correctamente el recipiente con comida, los perros ya no respondían a la señal, por lo que parece que podrían usar rápidamente su experiencia previa para evaluar si la persona era de fiar.
Inteligencia social de los perros
Después de estas rondas, un nuevo experimentador replicó la primera ronda. Una vez más, los perros siguieron con interés a esta nueva persona, por lo que la experiencia previa del engaño no les hacía desconfiar de los humanos en general sino de alguien en concreto. Para los investigadores fue una sorpresa descubrir la forma en la que los animales devaluaban la fiabilidad de un humano tan rápidamente. Estos resultados sugieren que los perros, no solo son muy hábiles a la hora de comprender los gestos de los humanos, sino que también hacen inferencias sobre la fiabilidad de una persona y, en consecuencia, modifican su comportamiento de manera flexible dependiendo de la inferencia. «Los perros tienen una inteligencia social más sofisticada de lo que pensamos. Esta inteligencia social evolucionó selectivamente en su larga historia de vida con los humanos”, indican los autores.